Según un estudio, una de cada tres mujeres estadounidenses no casadas y mayores de 40 años sale con un hombre más joven. El fenómeno “toy boy” (“chico juguete”) se observa en toda la sociedad.

Más que nunca, o así parece, hay una fascinación en los medios estadounidenses por las relaciones entre la mujer mayor y el “toy boy” o “chico juguete”. En los últimos meses, la relación entre Demi Moore, que cumplió 40 años, y Ashton Kutchner, de 25, ocupó más tapas de revistas que Penélope Cruz. Al casarse con el cineasta inglés Guy Ritchie, diez años menor que ella, Madonna logró otro golpe mediático. Y, la semana pasada, en CNN, Lauren Hutton, que todavía trabaja de modelo a los 59 años, dijo que “los chicos me mienten sobre su edad..., se ponen años para salir conmigo”. Pero el interés por el tema no se limita al morbo de la prensa del corazón sino que también se palpa en Hollywood y en los argumentos de las novelas más vendidas por las cadenas Barnes & Noble

Para los sociólogos, la cuestión es si la fascinación por la mujer madura y su “toy boy” refleja una tendencia real en la sociedad norteamericana, la que más lejos ha llegado en cuanto a la independización de la mujer y en la que más se extendió el nuevo fenómeno social de buscar pareja, cada vez más a menudo a través de Internet, después de los 40 e, incluso, de los 50 años. Según un importante estudio sobre las vidas sentimentales y sexuales de los solteros estadounidenses mayores de 40 años, la respuesta parece ser que sí. A partir de sondeos realizados entre 1.500 hombres y 2.000 mujeres, el informe radiografía a la generación “baby boomer” (nacida en las décadas del 40 y el 50) que, en los 6º y los 70, protagonizó la gran lucha por la libertad sexual.

Según la encuesta, realizada por la Asociación de defensa de los intereses de los mayores de 50 años (www.aarp.org), el 34 por ciento de las mujeres entrevistadas, algunas solteras, pero la mayoría divorciadas, sale con hombres más jóvenes. Es casi el mismo porcentaje que definen las que tienen novios mayores que ellas. De alguna manera, el estudio indica que se está normalizando el fenómeno “Miss Robinson” (la mujer madura que seduce a Dustin Hoffman en la famosa película “El graduado”). “Es un dato sorprendente y refleja que la mujer es cada día más independiente, tiene más recursos económicos y, por lo tanto, más influencia social y personal”, dice Xenia Montenegro, la directora de investigación.

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