Mientras los estadounidenses se preparan para celebrar el centenario del primer vuelo de los hermanos Wright, una nación entera está indignada por lo que consideran una injusticia histórica contra uno de sus más amados héroes.

Pregunte a cualquier persona en Brasil quién inventó el avión y le dirá que Alberto Santos-Dumont, un hombre despreocupado de pequeña estatura conocido tanto por sus hazañas aéreas como por su elegante vestimenta y su vida aristocrática en el París de la Belle Epoque.

Como cuenta Paul Hoffman en su biografía de Santos Dumont, "Alas de Locura", el excéntrico brasileño fue el primero y el único que fue dueño de una máquina voladora para llevarlo a donde quisiera.

"El habría mantenido su dirigible atado a una lámpara de gas frente a su apartamento parisino en los Campos Elíseos y cada noche habría ido a cenar a Maxim's volando. Durante el día habría volado para ir de compras, habría volado para visitar a sus amigos", dijo Hoffman a Reuters.

Santos Dumont, un idealista que pensaba que volar tranquilizaba el espíritu, comía regularmente almuerzos de gourmet durante sus vuelos de expedición e iba siempre impecablemente vestido.

El 12 de noviembre de 1906, Santos-Dumont recorrió 220 metros en el aire a las afueras de París, a bordo de un aparato que parecía un cometa con alas rectangulares, llamado 14-bis.

Al tratarse del primer vuelo público en el mundo, el brasileño fue reconocido en toda Europa como el inventor del aeroplano.

Sólo después fue que los hermanos Wright, Orville y Wilbur, demostraron que ellos habían superado tres años antes a Santos-Dumont en Kitty Hawk, Carolina del Norte, el 17 de diciembre de 1903.

Pero tratar el tema de los hermanos Wright con un brasileño sólo lleva a obtener una avalancha de argumentos, algunos más razonables que otros.

"Es uno de los mayores fraudes de la historia", afirma Wagner Diogo, un taxista de Río de Janeiro, al referirse al vuelo inaugural de los hermanos Wright. "Nadie lo vio y ellos utilizaron una catapulta para lanzar" el avión.

Comparando los hechos

Aparentemente, el debate reside en saber cómo se define el primer vuelo de un avión.

Henrique Lins de Barros, un físico brasileño y experto en Santos-Dumont, argumenta que los hermanos Wright no consiguieron cumplir completamente los parámetros fijados en la época que diferenciaban un vuelo propiamente dicho y el hecho de mantenerse en el aire por un tiempo prolongado.

Según Barros, el vuelo del brasileño cumplió con los parámetros al despegar sin ayuda, volar públicamente una distancia predeterminada enfrente de expertos y aterrizar sin accidentes.

"Si entendemos cuál era el criterio a finales del siglo XIX, los hermanos Wright simplemente no cumplen con ninguno de los requisitos", dijo Barros.

Los brasileños también reclaman a menudo que los Wright lanzaron el Flyer con una catapulta o desde un plano inclinado en 1903, descalificándolos, ya que si no despegaron por sí mismos no lo consideran un vuelo real.

Aún los expertos en Santos-Dumont, como Barros, reconocen que eso es un error. Sin embargo, argumenta que los fuertes y constantes vientos en Kitty Hawk fueron cruciales para el despegue del Flyer y que no hay pruebas de que el avión hubiese podido despegar por sí mismo.

Peter Jakab, director de la división de aeronáutica del Museo Nacional del Aire y el Espacio en Washington y un experto en los hermanos Wright, dice que esas quejas son absurdas.

Cuando Santos-Dumont hizo su primer vuelo, los hermanos Wright ya habían volado varias veces, incluyendo un vuelo en el que recorrieron 39 kilómetros en 40 minutos.

"Incluso en 1903 el avión se sustentó por sí mismo en el aire durante cerca de un minuto. Si no se hubiera sostenido por su propia fuerza no hubiera podido estar suspendido en el aire tanto tiempo", afirmó Jakab.

Los franceses tienen su propia visión sobre la polémica.

Claude Carlier, director del Centro de Historia de la Aeronáutica y el Espacio de Francia, está de acuerdo en afirmar que los hermanos Wright volaron antes que Santos-Dumont, pero dice que los franceses consideran que su héroe nacional, Clement Ader, voló incluso antes que los estadounidenses.

"Aquí hay en juego un asunto fuertemente nacionalista", dijo Marcos Villares, sobrino-nieto de Santos Dumont.

"Volar fue un gran paso en la historia de la humanidad, en la historia de la tecnología. Cada país quiere reclamar su liderazgo".

Pero eso no significa que Santos-Dumont no merezca reconocimiento por sus contribuciones.

Al rodear la Torre Eiffel en un dirigible motorizado en 1901, ayudó a probar que los viajes por aire podían ser controlados y convertirse en un medio de transporte.

"Sólo demostrar que la máquina de volar era práctica es un logro increíble", dijo Hoffman, su biógrafo.

En su casa de verano en la montañosa ciudad brasileña de Petrópolis, los guías turísticos perpetúan mitos sobre Santos-Dumont, como el de que inventó el reloj de pulsera.

Los expertos sobre Santos-Dumont niegan este hecho, aunque suponen que quizás fue el primer civil que utilizó un reloj de pulsera después de pedir a su amigo Louis Cartier que le hiciera un reloj con el que pudiera volar. Antes, sólo la realeza y los soldados los usaban.

Actualmente todavía se puede comprar el reloj Cartier modelo Santos por 2.000 dólares.

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