Paul Doyle, de 54 años, fue sentenciado a 21 años y medio de prisión tras provocar una tragedia el 26 de mayo en Liverpool. Su minivan arremetió contra una multitud de hinchas en plena celebración, causando una oleada de heridas que afectaron gravemente a numerosos asistentes.

Un acto de furia sin precedentes

Doyle, quien fue detenido por un transeúnte que logró frenar su vehículo, se mostró visiblemente afectado durante el juicio. Los fiscales presentaron imágenes impactantes del suceso y leyeron conmovedoras declaraciones de las víctimas que asistieron a la corte.

Detalles del juicio y la condena

Durante el proceso, Doyle se declaró culpable de 31 cargos, que incluían conducción peligrosa y múltiples delitos de intento de causar daño grave. Al dictar sentencia, el juez Andrew Menary se refirió al incidente como «realmente impactante», subrayando el papel del vehículo como un arma que arrasó con la felicidad de una celebración esperada por muchos.

Un acto premeditado

Según el fiscal Paul Greaney, Doyle actuó impulsado por la ira, frustrado por no poder llegar a tiempo para recoger a un amigo. “Era un hombre enojado, cuya rabia se apoderó de él”, aseguró el fiscal, enfatizando el caos que generó en un día que prometía ser de alegría.

El impacto en las víctimas

Las víctimas del ataque compartieron sus experiencias desgarradoras en la corte. Uno de ellos, un joven de 16 años, reveló que perdió su capacitación como carpintero debido a los traumas que le ocasionaron las pesadillas. Otro, un hombre de 23 años, tuvo que reaprender a caminar tras el incidente.

Recuerdos que duelen

Susan Farrell, madre de una aficionada incondicional del Liverpool, confesó que ya no puede ver partidos. «La vista de las camisetas rojas y los cánticos son recuerdos insoportables de aquel día», expresó claramente conmovida.