La hija del abogado y figura prominente de una organización benéfica revela los devastadores secretos familiares.

Una vida marcada por el horror

Fiona Rugg, de 47 años, ha cargado durante toda su vida con el peso del legado de su padre, John Smyth, quién es considerado el abusador en serie más desgraciado vinculado a la Iglesia de Inglaterra. A finales de los años 70 y principios de los 80, Smyth sometió a alrededor de 130 niños y adolescentes a torturas físicas y sexuales en nombre de una disciplina espiritual.

Descubriendo la verdad

Desde la muerte de su padre, Rugg ha estado lidiando con la dura realidad de su historia familiar y con el constante sentimiento de «vergüenza por asociación». Aunque entiende que no es culpable de los crímenes de Smyth, su dolor y confusión han sido palpables.

«Puedo razonar que no tengo culpa, pero todavía siento vergüenza y dolor por lo que hizo», comenta Fiona, quién ha abierto su corazón para enfrentar lo que muchos a su alrededor prefieren ocultar.

El encubrimiento de la Iglesia

El Informe Makin, publicado en 2024, reveló que la respuesta de la Iglesia a las acusaciones de abuso cometidas por Smyth fue un encubrimiento. Un clérigo admitió que temía que la verdad causara «un daño inmenso» a la obra de Dios.

Fiona Rugg busca desafiar esta oscuridad y arrojar luz sobre los secretos que rodearon a su padre: «Gran parte de su historia se basa en el engaño, y quiero que la verdad salga a la luz», declara.

La lucha interna de una hija

Recuerda su infancia como una etapa dominada por el miedo y la incertidumbre, en la que la inestabilidad emocional de su padre afectó su vida cotidiana. «Sentía que mi mundo giraba en torno a su ira y su crueldad», confiesa Fiona.

El distanciamiento emocional que vivió con su padre fue devastador. «Durante mi infancia, su ignorancia hacia mí me llevó a dudar de mi juicio sobre él», relata.

La revelación y el impacto mediático

Fiona se enfrentó a la angustia en 2017, cuando la historia de su padre fue expuesta en un informe de televisión. «Ver su rostro acompañado de la descripción de crímenes atroces fue horroroso», dice. La revelación la llevó a reflexionar sobre las víctimas de su padre y el dolor que ellas sufrieron.

Camino hacia la sanación

A pesar de los horrores de su pasado, Fiona ha encontrado un camino hacia la sanación. «He perdonado a mi padre, pero eso no justifica su dolor. Ahora hablo de él sin odio, y eso me da paz», explica.

Fiona Rugg comparte su historia no solo para liberar el peso de su carga, sino también con la esperanza de que todos los que han enfrentado el abuso también puedan encontrar su paz y sanación.

Esta impactante historia de lucha y superación revela la importancia de confrontar la verdad, no importa cuán dolorosa puede ser, y de unirse en la búsqueda de justicia y sanación.