La causa de canonización de Shaw comenzó en 2001 en Buenos Aires, donde se llevó a cabo un análisis exhaustivo de su vida a partir de testimonios y documentos relevantes.

Un Nacimiento con Legado

Enrique Ernesto Shaw nació el 26 de febrero de 1921 en París, en el seno de una de las familias más adineradas de Argentina. Su madre, Sara Tornquist, y su padre, Alejandro Shaw, fundador de un prestigioso banco, marcaron su vida desde el comienzo.

Una Educación Brillante y un Matrimonio Ejemplar

Luego de asistir al colegio La Salle en Buenos Aires, se graduó de la Escuela de Oficiales de la Armada, destacándose como el oficial más joven gracias a su excepcional rendimiento académico. En 1943, contrajo matrimonio con Cecilia Bunge, con quien tuvo nueve hijos, siempre en un entorno de humildad pese a su riqueza.

Un Empresario con Propósito

En la vida civil, fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y fue pionero en la creación de la Universidad Católica Argentina. Su compromiso con la acción social se evidenció al unir esfuerzos con la Acción Católica y otros movimientos para brindar ayuda a Europa después de la guerra.

Compasión y Visión en los Negocios

Como gerente general de Cristalerías Rigolleau, Shaw se destacó por su enfoque humanista, promoviendo una visión cristiana dentro del ámbito empresarial. Su vida se vio truncada a los 41 años cuando falleció de cáncer en 1962.

Reconocimiento y Milagro

A mediados de 2021, el Papa Francisco colocó a Shaw en el camino hacia la beatificación al declararlo “venerable”, tras una rigurosa investigación sobre su vida y testimonios. La aprobación del milagro, relacionado con la curación de un niño llamado Matías, fue validada por expertos en medicina y teología.

El Increíble Caso de Matías

El 21 de junio de 2015, Matías sufrió un grave accidente al ser golpeado en la nuca por un caballo. A pesar de la crítica situación y la falta de atención médica inmediata, sus padres invocaron la intercesión de Shaw. Sorprendentemente, su salud mejoró significativamente, validando el milagro dos años después.

Legado Inspirador

El Papa Francisco ha elogiado públicamente la vida y obra de Shaw, destacando su capacidad para administrar su fortuna en beneficio de los demás. “Era rico, pero era santo”, ha declarado el Pontífice, subrayando cómo Shaw utilizó su riqueza para hacer el bien.