La creciente preocupación por la seguridad: ciudadanos estadounidenses llevan sus pasaportes en la vida diaria
En medio de un clima de temor por las redadas de inmigración en Estados Unidos, muchos ciudadanos han comenzado a llevar sus pasaportes a todas partes. Historias de detenciones y la sensación de inseguridad están transformando la rutina diaria de personas de diversas comunidades.
Historias de vida desde Minneapolis: Munira Maalimisaq
En Minneapolis, Munira Maalimisaq, una enfermera que dirige la Inspire Change Clinic, ha tomado la decisión de llevar su pasaporte desde diciembre. Esta medida es una respuesta a la creciente actividad de los agentes federales en su área, particularmente dirigidas a la comunidad somalí. Desde que comenzó a notar el temor de sus pacientes, ha implementado citas de telemedicina y transporte seguro para aquellos que lo necesiten.
Con más de dos décadas como ciudadana naturalizada, Maalimisaq comparte su experiencia: “No debería tener que portar un pasaporte solo para existir de manera segura en mi propia ciudad”. Su preocupación por la seguridad personal y la de sus pacientes la ha llevado a tomar precauciones que antes no veía necesarias.
Walter Cruz Pérez y la vigilancia en Kenner, Louisiana
En Kenner, Louisiana, Walter Cruz Pérez comenzó a llevar su pasaporte tras los rumores de redadas de inmigración. Cruz, un empresario exitoso que llegó a Estados Unidos desde Guatemala, reflexiona sobre cómo un simple acento puede convertirse en un motivo de sospecha y, potencialmente, en detención. Consciente de estas tensiones, lleva su pasaporte en un estuche protegido por si acaso.
“Es estresante”, confiesa Cruz. “Hacemos lo que podemos para evitar problemas”.
El testimonio de Carola Lopez
Carola Lopez, educadora de la zona de Nueva Orleans y originaria de Puerto Rico, se siente obligada a portar su pasaporte en el vehículo desde una experiencia traumática en 2015. A pesar de ser ciudadana estadounidense, Teresa enfrenta la incertidumbre de que «en cualquier momento podría ser detenida por la simple forma en que hablo». Cada vez que sale, su pasaporte se convierte en una herramienta de seguridad más que en un símbolo de identidad.
El impacto en Los Ángeles: Miguel Rios
En Los Ángeles, Miguel Rios ha alterado sus planes de vida por la misma razón. A raíz de las redadas, optó por evitar viajes y ahora siempre lleva una copia de su pasaporte. El miedo se hizo palpable tras escuchar historias de ciudadanos que han sido detenidos indebidamente. “Es realmente aterrador para los ancianos”, menciona Rios, reflejando el impacto emocional en las comunidades.
Ana y el miedo de ser detenida
Ana, una educadora de California, relata su horror tras conocer la detención de Andrea Velez. Esta experiencia la ha llevado a llevar su pasaporte y a involucrarse en acciones comunitarias para concientizar sobre los derechos de los ciudadanos. “Este es un momento muy peligroso”, advierte Ana, mencionando la erosión de derechos fundamentales.
