La cuenta corriente de la balanza de pagos registró un déficit de US$ 1.581 millones, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este resultado, aunque mejor que el déficit de US$ 3.016 millones del segundo trimestre, contrasta fuertemente con el superávit de US$ 891 millones alcanzado en el mismo período del año anterior.

Factores Detrás del Déficit

Este déficit se atribuye principalmente a los US$ 3.888 millones en ingresos primarios negativos y un déficit de US$ 2.554 millones en la balanza de servicios. Sin embargo, estas cifras fueron parcialmente contrarrestadas por un superávit de US$ 4.348 millones en el balance de bienes y US$ 513 millones en el ingreso secundario.

Un Cambio Notable en la Cuenta Financiera

La cuenta financiera también presentó cambios significativos, comenzando con un ingreso neto de capitales de US$ 2.149 millones, resultado de un aumento en la emisión neta de pasivos de US$ 9.333 millones y un incremento en activos financieros externos de US$ 7.184 millones. Esto representa un déficit de US$ 1.808 millones en comparación con el ingreso de capitales de US$ 342 millones del mismo trimestre del año anterior.

Pérdida Persistente de Dólares

Desde el Centro de Estudios Estratégicos de la Producción y el Comercio (CEPEC), se resaltó que hasta 2024, la cuenta corriente acumulaba un superávit de US$ 5.701 millones durante los cuatro trimestres del año. No obstante, en 2025, la situación cambia drásticamente con déficits consecutivos: US$ 5.637 millones en total acumulando US$ 2.774 millones y US$ 1.581 millones en los primeros, segundos y terceros trimestres, respectivamente.

Impacto de los Servicios en la Economía

El cambio de tendencia se ha explicado en gran medida por la balanza de servicios. En 2024, el déficit era moderado y financiable a través del comercio, pero en 2025 se ha acelerado, resultando en un saldo de servicios de –US$ 2.554 millones en el tercer trimestre, casi US$ 1.000 millones peor que el registrado en 2024, impulsado por un aumento en el turismo al exterior y mayores costos de logística.

Desde la consultora se concluyó que «el 2025 confirma que la restricción externa está ligada a la cuenta de servicios y no al comercio productivo. La nueva regulación del Banco Central es adecuada para evitar un atraso real y acumular reservas, pero su sostenibilidad dependerá de la mejora en la competitividad de flujos y una oferta neta de dólares.»