La administración de Trump ha lanzado un nuevo programa que ofrece 3.000 dólares y cubre los gastos del viaje para inmigrantes indocumentados que decidan abandonar voluntariamente Estados Unidos antes de que concluya el año. Este movimiento es parte de una iniciativa más amplia para aumentar las deportaciones y reducir los costos asociados a la aplicación de la ley migratoria.

Un llamado a la autodeportación

Los inmigrantes que elijan autodeportarse a través de la aplicación CBP Home disfrutarán de un viaje completamente organizado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), además de la posibilidad de evitar sanciones civiles por la falta de salida. Este nuevo incentivo es significativamente mayor al ofrecido anteriormente, que era de 1.000 dólares, según reportes.

Cambio en la política migratoria

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, enfatizó que este es un momento crucial para que los inmigrantes que están en EE.UU. sin documentación se aprovechen de esta oferta, ya que de lo contrario podrían ser detenidos y expulsados. “Los inmigrantes ilegales deben aprovechar este regalo; si no lo hacen, los encontraremos y nunca regresarán”, afirmó Noem en una reciente declaración.

Un intento por reducir costos

Desde el inicio de 2025, cerca de 1,9 millones de personas han optado por autodeportarse, aunque estas cifras aún no han sido verificadas por fuentes independientes. La aplicación, originalmente diseñada para gestionar entrevistas de asilo, ha sido reformulada por la administración actual para facilitar estos movimientos voluntarios.

Las autoridades han argumentado que este programa es una alternativa más económica en comparación con las detenciones y expulsiones, que pueden costar hasta 17.000 dólares por persona.

Desafíos y dudas sobre la efectividad

A pesar del atractivo del incentivo, abogados y defensores de inmigrantes han cuestionado la capacidad de quienes se marchan voluntariamente para regresar legalmente a EE.UU. En muchos casos, las personas que han vivido sin estatus legal enfrentan prohibiciones de reingreso que pueden extenderse por años, con pocas posibilidades de obtener exenciones.

Un panorama complicado para la emigración

Este incremento en las ofertas de retorno se produce en un momento en que las deportaciones no voluntarias han caído por debajo de las metas establecidas, con más de 261.000 deportaciones contabilizadas desde que Trump asumió la presidencia, mientras que el número total de detenciones supera las 285.000.

Adicionalmente, el DHS ha decidido revisar casos de refugiados y congelar solicitudes de tarjetas de residencia, complicando aún más las vías legales de inmigración. En este contexto, la administración ha ampliado la prohibición de viajes a más de 30 países, en una medida que refuerza los desafíos para aquellos que buscan ingresar a EE.UU.