El choque comenzó en X (anteriormente Twitter), donde Lemoine criticó con dureza a los diputados asociados al peronismo de La Rioja por su desempeño en la comisión de Presupuesto. En su publicación, apuntó directamente a la gestión del gobernador **Ricardo Quintela**, afirmando: “Ningún diputado kuka y menos de La Rioja debería mostrar la cara por la comisión de Presupuesto. ¡Recordemos que Quintela imprimió chachos para pagar gasto público!”

La reacción de Yoma fue inmediata y provocativa. En un mensaje que combinó crítica política con ataques personales, el ex senador riojano sentenció: “¡Oiga, niñita! No se meta con La Rioja, que está demasiado empinada para su estatura política e intelectual. Mantenga su rol en la vida, que es polvorear la papada del lunático. Saludos”. Este intercambio marcó el inicio de un tira y afloja que escaló rápidamente en agresividad.

Lemoine no tardó en responder, lanzando nuevos ataques tanto políticos como personales. Recordó la trayectoria de Yoma en el peronismo y lo vinculó a disputas internas del PJ. “No le ganaste a Cristina la presidencia del Partido Justicialista aun estando condenada”, disparó. También mencionó un supuesto intento fallido de candidatura: “Parece que en 2023 mangueaba candidatura con el Javo y, como no se la dieron, ¡ahora nos pega!”. Además, insinuó que Yoma habría cobrado “tres salarios del Estado en simultáneo”, lo que consideró una acusación grave.

Yoma, lejos de amedrentarse, intensificó el desafío en otro mensaje punzante: “¡Jajaaaa! ¡Quedate en el barro, chinita! No pretendas subir a debatir conmigo, que te vas a ‘apunar’. Y no termines embarrada y en pelotas, cuando se diluya la ‘nube flatulenta’ donde vivís”. Estas frases, ampliamente compartidas en redes sociales y medios, evidencian cómo un debate económico se transformó rápidamente en un intercambio cargado de insultos.

Este enfrentamiento no se produjo en un vacío. En el Congreso, se había dado media sanción al Presupuesto 2026 luego de eliminar uno de sus capítulos más controversiales. A medida que el debate avanzaba hacia el Senado, el Gobierno intentaba mantener un equilibrio fiscal bajo la égida de **Javier Milei**. En este clima, la controversia sobre los “chachos” se convirtió en un punto central de fricción, utilizado por Lemoine para criticar la gestión provincial, mientras que Yoma lo interpretó como un ataque a su región.

A medida que pasaban las horas, el intercambio continuó con más descalificaciones y acusaciones mutuamente. Esta situación revela cómo una discusión política y económica puede escalar hasta convertirse en un duelo personal, reflejando el ambiente polarizado en la política argentina, donde debates sobre leyes claves pueden desencadenar choques verbales intensos.