Diciembre: Un Mes de Alegría o Melancolía
Con la llegada de diciembre se incrementa la presión social para celebrar y disfrutar, pero no todos sienten esa euforia. A este fenómeno se le ha denominado “Síndrome del Grinch”, un estado emocional que refleja una profunda resistencia ante las festividades, caracterizado por melancolía y expectativas no satisfechas.
La reconocida psicóloga Beatriz Goldberg explica que este estado no es permanente; suele intensificarse cuando el entorno espera una felicidad que la persona no puede o no quiere sentir.
La Melancolía del Argentino
Goldberg destaca que, especialmente en Argentina, existe una tendencia a concentrarse más en lo que falta que en lo que se tiene. Ausencias de seres queridos, relaciones rotas o metas no cumplidas alimentan la angustia emocional que define este síndrome.
Identificando el “Síndrome del Grinch”
Este fenómeno se manifiesta a través de conductas y emociones específicas, tales como:
1. Visión Pesimista
Una tendencia a ver todo de manera negativa, especialmente durante las celebraciones.
2. Evaluaciones Severas
Realizar un balance del año que se centra en fracasos y proyectos inconclusos.
3. Enfoque en Ausencias
Comparar momentos actuales con recuerdos idealizados, subrayando lo que falta.
4. Ansiedad por la Felicidad
Sentir presión por mostrar alegría y energía alta, lo que aumenta el malestar.
5. Aislamiento Social
Experimentar soledad al sentir que “todos festejan menos uno”.
6. Concentración en Debilidades
Fijarse más en lo que se carece que en las fortalezas personales.
7. Estrés por Consumo
Agotamiento derivado de las exigencias por cumplir con regalos y celebraciones.
Los Desafíos de los Balances Anuales
Un factor que intensifica este síndrome es la presión a realizar balances anuales. Goldberg sugiere que estos procesos deben ser “silenciosos” y “benévolos”, evitando el autocrítico. Muchas personas sienten que el 31 de diciembre marca un límite drástico, lo que crea una urgencia por completar todo lo pendiente en un corto plazo.
Este estrés se ve agravado por la creencia de que la Navidad debe ser un momento perfecto. La experta enfatiza la importancia de diferenciar entre deseos propios y las expectativas externas que solo generan más ansiedad.
