Con gases lacrimógenos, desalojan a los refugiados de la «jungla de Calais»

La policía francesa desaloja violentamente a refugiados en «jungla de Calais» Los disturbios en el campamento, ubicado cerca de la norteña ciudad portuaria francesa de Calais, comenzaron cuando los equipos de demolición iniciaban las tareas de desmantelamiento de las carpas y chozas mediante una operación violenta, según denunciaron organizaciones humanitarias. La represión derivó en desmanes, incluyendo incendios de barracas, luego de horas de creciente tensión, y organizaciones denunciaron que un niño recibió el impacto de una granada en su pierna. El desmantelamiento de la parte sur del campamento llegó días después de que la Justicia le diera luz verde al rechazar un recurso de organizaciones opuestas a la medida, que fue impulsada por el gobierno francés con el argumento de que las condiciones allí eran insalubres y peligrosas. En los últimos días, varias organizaciones de ayuda humanitarias trataron de impedir el desalojo mediante protestas y acciones, luego de que la policía calculara que las tareas llevarán varias semanas. El gobierno asegura que los evacuados serán reubicados primero en campamentos de contenedores aledaños al sitio, y que también se han previsto plazas de acogida en centros repartidos por todo el país. “Todos aquellos que se vean afectados por el desalojo serán debidamente reubicados”, aseguró la policía en un comunicado, tratando de calmar los ánimos. Entre 800 y 1.000 migrantes que viven en la parte sur del asentamiento de tiendas y barracas, conocido como «la jungla de Calais», se verán afectados, según cifras oficiales. En el campo viven actualmente poco menos de 4.000 personas, según estimaciones de las autoridades, muchas de las cuales lo hacen en condiciones muy precarias. Cientos de esas personas se acumulan en Calais desde hace años con el objetivo de cruzar ilegalmente a Reino Unido, donde esperan tener mejores oportunidades, por lo que ni siquiera solicitan el asilo en Francia. Los inmigrantes entran ilegalmente al Reino Unido escondidos en los ferries que cruzan el Canal de la Mancha o en los camiones o trenes que pasan por el Eurotúnel.