El constante aumento en el precio de los combustibles ha llevado a muchos a replantear sus costumbres al volante. Existen diversas estrategias que pueden ayudarte a ahorrar, basadas en el mantenimiento del vehículo y hábitos de conducción.

Limitando la Velocidad: Un Factor Crucial

Una velocidad adecuada es fundamental para el ahorro de combustible. En trayectos urbanos o distancias cortas, se recomienda mantener una velocidad entre 50 y 70 km/h. Este rango asegura un equilibrio entre el rendimiento del motor y el consumo de combustible, optimizando la eficiencia.

Consejos para Viajes Largos

Para aquellos viajes más prolongados, especialmente en autopistas, lo ideal es conducir a 90 km/h. A esta velocidad, el motor no se esfuerza tanto, lo que puede reducir el gasto de nafta considerablemente. Por otro lado, acelerar hasta 110 km/h podría incrementar el consumo hasta en un 20%, impactando notablemente en tu bolsillo.

Estrategias para Evitar el Consumo Excesivo

Otro factor a considerar es el tráfico. En situaciones de congestión, donde hay que frenar y acelerar con frecuencia, el consumo puede aumentar hasta un 15%. Por ello, evitar horas picos o rutas concurridas puede marcar la diferencia.

Cuidado con el Arranque

Los arranques agresivos también son un hábito que debes evitar. Acelerar de forma brusca puede aumentar el consumo de nafta en hasta un 50% comparado con una aceleración suave. Un estilo de manejo más calmado no solo ahorra combustible, sino que también otorga mayor seguridad en la ruta.

Uso Eficiente del Aire Acondicionado

El aire acondicionado es otro aliado que puede jugar en tu contra. Su uso excesivo puede elevar el consumo hasta un 10%. Por esta razón, utilízalo solo cuando sea realmente necesario y considera ventilar el vehículo durante trayectos cortos.