La Realidad del Consumo en Argentina: ¿Esperanza o Resignación?
El estado del consumo interno en Argentina se sigue complicando a medida que avanza la presidencia de Javier Milei. A dos años de su gestión, los datos revelan que, aunque hay un leve atisbo de mejora económica, la mayoría de los argentinos aún vive con precaución y limitaciones en sus gastos.
Un reciente estudio de la consultora Equipo MIDE titulado “Dos años de Milei” indica que una gran parte de la población no percibe cambios significativos en su capacidad de compra. A pesar de que muchos aceptan el ajuste como parte de una transición, este aún no se traduce en alivios palpables en el día a día, especialmente en áreas relacionadas con el consumo interno.
- El consumo continúa siendo uno de los aspectos más rezagados en la recuperación económica.
Expectativas Frágiles de Recuperación
Aunque existe una esperanza de que la situación mejore en 2026, esta es desequilibrada y difusa. Muchos encuestados no ven un futuro claro y algunos no anticipan un repunte en el consumo, reflejando un clima de resignación más que de oposición abierta.
El Coste Diario del Ajuste
Uno de los hallazgos más relevantes señala que la aceptación del ajuste se vive junto a un deterioro constante en la vida cotidiana. No solo se observa una merma en los ingresos, sino que los hogares adoptan un enfoque defensivo, priorizando sus gastos básicos y evitando compras no esenciales en medio de la incertidumbre.
Prácticas como el uso moderado de tarjetas de crédito, la dificultad para mantener los servicios y la postergación de gastos habituales son comunes, especialmente en las clases medias urbanas, que enfrentan el principal peso de este nuevo contexto económico.
Consumo y Polarización Política
La brecha política en Argentina también se refleja en las diferentes percepciones del consumo. Entre los votantes de La Libertad Avanza hay un optimismo que se basa en la creencia de que los sacrificios actuales traerán resultados. En contraste, quienes apoyan a la oposición ven con pesimismo el impacto del ajuste en su vida diaria. Esta división genera dos realidades: una minoría con esperanzas de cambios inminentes y una mayoría que no ve mejoras concretas en su economía familiar.
El informe concluye que el consumo se ha convertido en una de las principales limitaciones del modelo económico, tanto social como políticamente. Mientras los indicadores macro buscan estabilizarse, el mercado interno continúa mostrando signos de debilidad, afectando el clima social. Para el Gobierno, el verdadero reto es transformar las expectativas en mejoras tangibles en la vida de la gente, dado que el apoyo social podría depender más de la paciencia que de resultados concretos.
