Dudan que el FMI sancione a la Argentina por las cifras del Indec

En un foro republicano se admitió ayer que “será difícil” para el Fondo Monetario Internacional sancionar a la Argentina, y se barajó la posibilidad de que el directorio del organismo “traslade” la decisión a otras instancias dentro del FMI en vez de adoptarla en la reunión de fines de la semana próxima.

“No quisiera estar ahora en los zapatos” de Christine Lagarde, la directora del Fondo, dijo Evan Ellis, del Center of Hemispheric Defense Studies, al señalar la paradoja en la que se encuentra el organismo. “Sea cual fuere la decisión que adopte con la Argentina, tanto si la sanciona como si lo posterga, de todos modos le puede salir mal y se verá perjudicado”, afirmó.

Ellis sugirió además la posibilidad de que “haya opiniones divididas” entre los 20 integrantes del directorio. “Ahí están Rusia y China, ambas interesadas en explotar petróleo en la Argentina, por lo que no creo que estén muy interesadas en enemistarse impulsando una sanción”, opinó.

Su evaluación formó parte de un seminario sobre la “Crisis política en la Argentina y sus implicancias en la toma de decisiones”, organizado por el Hudson Institute, un centro de estudios de esta ciudad, cuya línea se suele asociar con sectores conservadores del Partido Republicano.

En el encuentro se dio por seguro también que, en su esperado fallo, la Cámara de Apelaciones de Nueva York “mantendrá el criterio de que la Argentina debe pagar a todos sus acreedores”, pero que difícilmente ratifique el criterio inicial del juez Thomas Griesa de apelar al embargo de los fondos que se giren para otros pagos.

“Seguramente habrá una morigeración de los recaudos o una flexibilización de las disposiciones en ese sentido”, interpretó Ellis.

Más duros todavía fueron los pronósticos en cuanto a la anunciada intención del gobierno de Cristina Kirchner de aumentar las exportaciones del país a los Estados Unidos, con el que mantiene una balanza comercial deficitaria. “Yo no veo mucho espacio para ello”, desestimó el ex embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires Lino Gutiérrez.

El diplomático recordó el incumplimiento de normas internacionales por parte de la Argentina, las limitaciones a las importaciones y la suspensión de ventajas comerciales, “por mala fe”, que decidió el presidente norteamericano Barack Obama.

“Puede que en algún rubro, en algún nicho en particular, haya algún incremento de la actividad comercial, pero no como una política global”, subrayó Gutiérrez.

En distintas exposiciones se cuestionó el nivel de inflación en la Argentina, el control de cambios -”la economía del país es una u otra según qué cotización del dólar se maneje”, se indicó-, la huida de capitales y las “nacionalizaciones”, tanto de empresas privadas como en referencia al uso discrecional que el Gobierno hace de las reservas del Banco Central o de los fondos jubilatorios. “En la Argentina hay una sensación de que algo va a estallar, pero todo sigue adelante gracias al consumo, la suerte y la soja”, fue una de las definiciones. “Si no hay corrección de rumbo, el gobierno de Cristina Kirchner naufraga”, pronosticó Arturo Porzecanski, de la American University.

El ex embajador Jaime Daremblum, titular del área de América latina en el Hudson y moderador del encuentro, insistió en que, con su comportamiento, la Argentina no puede “ser un miembro respetado” dentro del grupo del G-20.

El directorio del FMI tiene previsto evaluar el caso argentino en una reunión pautada para el próximo viernes 1° de febrero.

Lagarde amenazó ya con la posibilidad de aplicar una “tarjeta roja” por la escasa credibilidad de las estadísticas que la Argentina debe proveer al organismo. En especial, las de inflación y evolución de la economía (PBI).

Lo que late es la posibilidad de una “moción de censura”, una suerte de llamado de atención que, si no hay corrección, podría desembocar en la expulsión.

La amenaza de tarjeta roja

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Reunión de directorio

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FUENTE: lanacion.com.ar