La hermana de Forlán contó por qué se separó de Zaira Nara

Alejandra, la mayor de los hermanos, también contó cómo es su relación con la flamante novia del crack uruguayo. «Es más parecida a nosotros», explicó

¿Para qué están las hermanas mayores, si no es para velar por la felicidad de los más chicos del clan a la edad que sea? Esa sería la premisa de Alejandra Forlán, hermana de Diego Forlán, quien dio su visto bueno a la relación que el futbolista uruguayo comenzó con la ex jugadora de hockey Paz Cardoso.

«Paz es divina, una persona súper dulce, familiera, tuvimos una empatía espectacular desde que nos vimos», confirmó Alejandra a la revista Pronto. «Quiero que mi hermano sea feliz y que la persona que tenga al lado sea compañera, buena amiga y mejor amante. Que sume y no que separe. Y Paz suma», deslizó.

La pregunta obvia es, entonces, si la anterior novia de Forlán, la modelo Zaira Nara, restaba. Quizás por eso la pareja decidió separarse un mes antes de casarse. «Diego le pidió separarse y no seguir juntos porque con ella no veía futuro, pero todo se magnificó demasiado», confirmó Alejandra.

«Creo que se mediatizó todo más por quién es ella. Era algo muy natural que se hizo muy mediático y público», explicó la hermana mediática de Forlán, quien preside su propia fundación contra la inseguridad vial.

La rubia admitió que su hermano tuvo mal manejo de tiempos, pero la decisión fue correcta a su parecer. «Al estar tan cerca del casamiento, todo el mundo lo cuestionó. Pero es algo que pasa, más común de lo que uno piensa», estimó.

«(A Paz) la conocemos desde chiquita a ella y a su familia, porque son del barrio. Estoy muy contenta con la elección de Diego. Es más, salimos juntas a bailar con mi cuñada», contó la hermana de Forlán. «Tenía el mejor trato con Zaira, pero no es lo mismo que con Paz», convino.

«Al ser del mismo barrio, con Paz tenemos otra relación, de más afinidad y cosas en común. Es más parecida a nosotros», señaló la rubia, quien está a punto de mudarse a vivir sola a la exclusiva zona residencial de Carrasco, en Montevideo.

La guerra de clanes entre los Forlán y los Nara, entonces, fue nada más que para la tribuna. «Te voy a ser sincera: de su familia sólo conocí a la mamá. Al padre y a la hermana, no, así que si no conocés a alguien, no te podés pelear ni llevar mal. No nos conocimos porque no se dio. Zaira sí conocía a toda mi familia, pero nosotros a ellos no»

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