La industria privada del espionaje, revelada por Wikileaks

E-mail Imprimir La filtración de los más de 200 documentos con información sobre unas 80 empresas privadas de espionaje confirma que, cada vez más, la idea de privacidad es una ilusión en materia de comunicaciones. El sitio Wikileaks hizo públicos los archivos que revelan las distintas tecnologías que ofrecen las firmas para espiar las comunicaciones de terceros. Conversaciones de Facebook, chats, SMS resultan vulnerables ante las posibilidades ofrecidas por estas empresas: todas estas formas de comunicación, a través del celular o internet, pueden ser interceptadas. El rubro del espionaje privado prácticamente no tiene control. Las empresas no operan en Bolsa y no son controladas por los Estados, aunque, según informa hoy el diario Página/12, sus clientes son principalmente los distintos gobiernos. Así, ofrecen, además de software para espiar comunicaciones simples, hasta celulares para fuerzas especiales y misiles. «La industria de la vigilancia corporativa trabaja codo a codo con gobiernos en todo el mundo para permitir el espionaje ilegal de ciudadanos», destacó Julian Assange, la cara de Wikileaks, y agregó: «Con poca supervisión y sin regulaciones obligatorias, este abusivo espionaje de redes nos cubre a todos contra nuestra voluntad y, muchas veces, sin nuestro consentimiento». En este sentido, entre los documentos filtrados resalta un contrato para instalar el programa FinFly, que descarga troyanos cuando el usuario cree descargar una actualización legítima para determinados programas, en una central telefónica en Turkmenistán y fue utilizado también en Omán. La serie de archivos publicada consta de tres secciones: la primera incluye folletos de productos ofrecidos por las empresas; la segunda expone contratos y acuerdos de confidencialidad y la tercera muestra la lista de países que los directivos de estas firmas visitaron en los últimos años. Latinoamérica es la región menos visitada. En muchos países, entre los que se encuentra la Argentina, no existen leyes que prohíban la venta de este tipo de herramientas de espionaje, por lo que, al ofrecerlas, las firmas a las que refiere la filtración de Wikileaks no estarían incurriendo en una actividad ilegal. En cambio, su uso en el país sí está regulado: la Ley de Delitos Informáticos pena la irrupción de computadoras, mientras que solamente la Secretaría de Inteligencia puede realizar escuchas telefónicas. Según explicaron desde Hacking Team, una de las firmas de espionaje, las empresas realizan un estudio de sus potenciales clientes (solo gobiernos y agencias de gobierno) para determinar si existe evidencia de que sus herramientas se utilizarían para «facilitar violaciones de derechos humanos». Sin embargo, apuntaron que la compañía «no puede monitorear el uso del software directamente», aunque dijeron que si sospechan que «ha ocurrido un abuso», conducen una investigación. Algunos de los servicios de las empresas de espionaje Las empresas ofrecen el monitoreo de telefonía satelital, redes de telefonía, telefonía móvil e internet, almacenamiento de datos, reconocimiento de voz, procesamiento de datos de tráfico. Además, empresas como Cleartrail y VasTech pueden obtener acceso a comunicaciones por voz, SMS, MMS, mail, chats y fax. También las hay más sofisticadas: algunas firmas, como Glimmerglass, permiten interceptar caños submarinos de fibra óptica por donde las comunicaciones pasan de un continente al otro. Asimismo se ofrecen aparatos con GPS, misiles, sistemas antiaéreos, monitoreo e intercepción de radiofrecuencias y satélites. Fuente > infobae.com

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