En el ámbito de la salud mental, los tratamientos para problemas como la depresión y la ansiedad presentan limitaciones. Aunque los medicamentos pueden aliviar ciertos síntomas, a menudo también generan efectos secundarios. La terapia cognitivo-conductual es eficaz, pero no para todos. Aquí es donde el ejercicio se destaca como una solución respaldada por especialistas.

El Ejercicio como Solución Universal

Investigaciones han demostrado que hacer ejercicio tiene un impacto positivo en la salud mental. Estudios señalan que, en casos de depresión leve a moderada, diferentes rutinas de ejercicio pueden ser tan efectivas como algunos medicamentos. Sin embargo, la combinación de ambos suele ofrecer los mejores resultados.

El Impacto del Movimiento en el Bienestar

El ejercicio regular no solo mejora el estado de ánimo, sino que también ayuda a mejorar la calidad del sueño y reduce el estrés. Aunque se recomienda hacer actividad física durante 45 minutos de tres a cinco veces por semana, incluso una caminata corta puede aportar beneficios significativos.

Como señala Jennifer Heisz, profesora de la Universidad McMaster, “una simple caminata puede hacer mucho más de lo que imaginamos”.

Beneficios Neurológicos del Ejercicio

El ejercicio regular mejora múltiples procesos cerebrales. Aumenta el flujo sanguíneo, reduce la inflamación y mejora la plasticidad cerebral. Además, estimula la producción de neurotransmisores que elevan el ánimo, como las betaendorfinas y la serotonina.

Estudios recientes indican que el ejercicio frecuente puede incluso transformar la estructura de ciertas áreas del cerebro. Este fenómeno es crucial para quienes enfrentan problemas de salud mental, ya que el ejercicio promueve la generación de nuevas neuronas, especialmente en el hipocampo, área asociada con el estado de ánimo y la memoria.

El Estrés y sus Efectos

Los adultos suelen generar pocas neuronas nuevas. Aquellos que sufren de estrés y depresión tienden a tener hipocampos más pequeños y menos neuronas nuevas. Sin embargo, el ejercicio puede revertir estos efectos negativos, aumentando la neurogénesis y mejorando la capacidad de adaptación del cerebro.

¿Qué Tipo de Ejercicio es el Mejor?

Aunque no hay consenso sobre si correr es superior a levantar pesas para la salud mental, se ha observado que actividades como el yoga y el taichí son más efectivas para aliviar la ansiedad. Estas disciplinas combinan movimiento con técnicas meditativas, lo que refuerza la conexión mente-cuerpo.

El ejercicio intenso también puede beneficiar a quienes padecen ansiedad y depresión, siempre y cuando se practique de manera constante y se escuche al cuerpo. Investigaciones recientes sugieren que entrenamientos de alta intensidad pueden ser más efectivos que los de menor intensidad para reducir síntomas de depresión.

Superando Barreras de Motivación

A pesar de sus muchos beneficios, el ejercicio puede ser complicado para quienes experimentan depresión. La falta de energía y motivación son obstáculos comunes. A’Naja Newsome, investigadora en actividad física, destaca la importancia de empezar con actividades simples y contar con el apoyo de otros en el proceso.

Una caminata diaria podría ser más fácil de mantener que un régimen de entrenamiento intenso, por lo que adoptar hábitos más accesibles es esencial. “Si a alguien no le gusta o no lo disfruta, no lo hará”, concluye Newsome.