Mientras los precios de la carne siguen subiendo, existe un corte casi olvidado que cuesta apenas $2000 el kilo y es una verdadera joya culinaria.
Cuando llega el frío, no hay nada como un buen guiso casero, humeante, que perfume toda la casa. Pero con los precios actuales, cocinar rico y barato puede parecer una misión imposible. Sin embargo, hay un corte de carne que pocos conocen, que casi no se vende, y que puede convertirse en el protagonista de tus platos de invierno: la quijada de vaca.
¿Qué es la quijada de vaca?
La quijada es un corte económico que proviene del rostro del animal, más precisamente de la mandíbula. Aunque muchos la pasan por alto, tiene características únicas:
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Es tierna,
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Tiene sabor intenso,
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Se deshace con la cocción lenta,
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Y es perfecta para guisos, empanadas, horno o incluso a la parrilla.
Un corte rendidor y versátil
Por apenas $2000 el kilo —y hasta menos si aprovechás descuentos como los de Cuenta DNI en carnicerías—, podés hacer una comida sabrosa, rendidora y muy nutritiva.
La quijada combina carne magra con una leve capa de grasa y una textura gelatinosa que, al cocinarse, aporta cremosidad y profundidad de sabor a cualquier receta. Ideal para cocinar a fuego lento, se transforma en una carne suave, parecida al pollo, pero con ese gustito único de la carne vacuna.
¿Cómo cocinarla?
La clave está en la cocción lenta. Ya sea en olla, al horno o en la parrilla, el secreto es darle tiempo. En un guiso, por ejemplo, basta con dejarla hervir en caldo durante 1 hora y media o más. En empanadas, se cocina y se desmenuza, logrando un relleno jugoso. Y a la parrilla, con cocción indirecta y larga, sorprende por su ternura.
Valor nutricional
No solo es económica y rica. La quijada también aporta:
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Proteínas de alta calidad,
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Hierro,
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Zinc,
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Vitaminas del complejo B,
Todo esto con bajo contenido graso, ideal para una dieta equilibrada.
¿Por qué nadie la usa?
Por desconocimiento. La mayoría de la gente no la pide en la carnicería porque ni siquiera sabe que existe o cómo cocinarla. Pero quienes la descubren, suelen volver a elegirla por su sabor, textura y precio.
Así que ya sabés: si querés cocinar rico, rendidor y sin romper el bolsillo, andá por la quijada. Después contanos cómo te salió.