El foco de incendio comenzó alrededor de las 13:30 en la ladera norte del cerro Runge, a tan solo 20 metros del Sanatorio San Carlos. Las llamas, que alcanzaron varios metros de altura, pronto obligaron a activar los protocolos de evacuación entre pacientes y personal del sanatorio, quienes observaron con inquietud cómo el fuego se extendía rápidamente.

Aunque el viento alejó el frente principal del sanatorio, las llamas se dirigieron hacia el barrio Belgrano, donde muchos vecinos eligieron autodepurarse ante la caída constante de cenizas. En medio del caos, otros residentes formaron cadenas humanas con baldes y mangueras, intentando contener el avance del fuego hasta la llegada de los brigadistas.

Operativo masivo para controlar la emergencia

Bomberos de todos los cuarteles de Bariloche, junto con el Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales (Splif), Parques Nacionales, Protección Civil y la Policía de Río Negro, trabajaron incansablemente. Se dispusieron cortes de tránsito para facilitar el acceso de los vehículos de emergencia a la zona afectada.

El operativo incluyó autobombas, camiones cisterna y aviones hidrantes que se unieron a la lucha una vez que los focos principales fueron contenidos. Las aeronaves realizaron descargas para enfriar las áreas más activas y permitir el avance seguro de los brigadistas. La situación se complicó con la presencia de dos frentes de fuego, lo que añadió horas al desafío de controlarlo.

La angustia de la comunidad barilochense

Desde distintos puntos de la ciudad, se podían visualizar las llamas y la densa columna de humo. El tránsito en la avenida Bustillo se volvió caótico, obligando a desvíos y complicando el paso de los vehículos de emergencia. Las autoridades pidieron a los vecinos no acercarse con vehículos particulares para no obstruir el operativo.

Control del incendio y buenas noticias

Alrededor de las 17 horas, se comunicó que el incendio había sido controlado. No se registraron víctimas graves, excepto un bombero que sufrió una descompensación por inhalación de humo y se encuentra fuera de peligro tras recibir atención médica.

Este incidente reavivó las preocupaciones sobre la preparación de la ciudad ante emergencias similares, recordando un incendio que afectó la misma área en marzo de 2015. Vecinos indicaron que, a pesar de las advertencias previas, las condiciones de prevención y respuesta no habrían mejorado desde entonces.

Los residentes y las autoridades se enfrentan ahora a la necesidad de revisar y mejorar los planes de contingencia para asegurar una respuesta más eficaz en futuros eventos.