El Verano Está Aquí: Todo lo que Debes Saber Sobre el Protector Solar
Con el calor apretando y el verano por llegar, elegir el protector solar adecuado se vuelve esencial para cuidar de tu piel. Descubre cómo seleccionar el filtro ideal según tu tipo de piel y la importancia del factor de protección solar.
¿Qué es el FPS y Por Qué es Importante?
El Factor de Protección Solar (FPS) es una indicación clave de cuánta protección ofrece un producto contra los rayos UV. Este factor ayuda a evitar quemaduras y el daño causado por los radicales libres.
Cómo Funciona el FPS
El FPS determina el tiempo que puedes estar expuesto al sol sin sufrir daños, variando según el tipo de piel y el lugar de exposición. En términos generales, este período oscila entre 5 y 30 minutos.
Clasificación del FPS
Según Nivea, los factores de protección solar se clasifican en cuatro categorías:
- Protección baja: FPS 6 a 10
- Protección media: FPS 15 a 25
- Protección alta: FPS 30 a 50
- Protección muy alta: FPS 50+
Eligiendo el Protector Solar Ideal para Cada Tipo de Piel
Piel Clara o Sensible
Se recomienda utilizar un protector solar con FPS 50 o superior, dado que este tipo de piel es más susceptible a quemaduras. Los bloqueadores con filtros minerales, como óxido de zinc, son altamente recomendables.
Piel Normal o Mixta
Un FPS de 30 a 50 es óptimo para exposiciones moderadas. Los protectores de filtro químico son una buena opción por su ligereza y rápida absorción.
Piel Grasa o Acneica
Opta por protectores solares oil free y no comedogénicos, preferiblemente en formato gel o líquido, para evitar obstrucciones en los poros.
Piel Seca
Los protectores con ingredientes hidratantes como ácido hialurónico o ceramidas son ideales para nutrir la piel durante la exposición solar.
Bloqueador Solar vs. Protector Solar: ¿Cuál Elegir?
El bloqueador solar actúa como una barrera física que refleja los rayos UV, siendo ideal para pieles sensibles o exposiciones prolongadas, mientras que el protector solar es un filtro químico que absorbe esos mismos rayos y los transforma en calor. Ambos son esenciales para proteger la piel, pero la elección correcta depende del tipo de piel y la duración de la actividad al aire libre.
