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EX REPRESENTANTE DE MESSI LE RECLAMA 100 MILLONES DE EUROS A LA FAMILIA

El cierre de un bolso deportivo blanco y negro está a punto de ceder. Adentro, centenares de papeles con información jamás revelada sobre Lionel Messi se agolpan ordenados rigurosamente en folios transparentes. Hay contratos con clubes de fútbol, títulos de acciones, detalles de sociedades off shore, cartas documento, cuentas bancarias millonarias. De todo

El dueño del bolso es Rodolfo Schinocca, una persona que se ocupó de los asuntos comerciales de Messi durante dos años, jamás habló con la prensa y decidió romper su mutismo ante Noticias. En una entrevista en un estudio jurídico de Tribunales, este hincha de Vélez de 48 años al que apodan “Fito” afirma que es el socio comercial del mejor jugador del mundo y que habría sido estafado por la familia Messi. Dice también que en este litigio, que ya llegó a la Justicia, estarían en juego 100 millones de euros del negocio que compartieron, no solo por los contratos firmados sino también por los supuestos daños ocasionados.

El inicio. Schinocca empezó a trabajar para Leo cuando Messi no era Messi. Es decir, cuando quien hoy es un crack indiscutido recién soñaba con ser una estrella en el Barcelona: venía de varios años en las categorías infantiles de ese club español y acababa de hacer su primer gol como profesional. Según su relato, en aquellos modestos inicios, el padre de Lionel, Jorge, buscó a Schinocca (quien por entonces asesoraba a Diego Forlán en marketing deportivo) y le propuso trabajar el aspecto comercial de su hijo.

Así fue como, entre los años 2004 y 2006, Schinocca se abocó a asesorar a Messi en materia de imagen, a negociar contratos con marcas y a armar una estructura societaria y fiscal que contuviera las ganancias que estaban por venir. En ese entonces, la relación era tan estrecha y los recursos tan escasos que –dice– le prestó su BMW a Messi para que él pudiera mostrarse en público y captar así la atención de marcas líderes en alimentos e indumentaria.

“Yo contribuí económicamente con la familia. He pagado viajes, pasajes de avión, hoteles…”, asegura quien calcula que su inversión inicial en el jugador rondó los 500.000 dólares. Y explica: “El acuerdo que tuve con los padres de Messi (que actuaban por patria potestad porque su hijo era menor de edad) fue que si yo conseguía sponsors y financiaba gran parte de la inversión, iba a tener el 50 por ciento” de las ganancias extrafutbolísticas, es decir, de aquellas que derivaran de los contratos por publicidad.

Así fue como en el 2004, Schinocca contactó a una consultora internacional llamada Sovereign Trust, que recomendó formar dos sociedades off shore en el exterior para reducir la carga impositiva. La primera, Sport Enterprises (con sede en Londres), estuvo dirigida por Schinocca y se encargaría solo de pagar los impuestos de las ganancias que se obtuvieran con una segunda sociedad, Sport Consultants Ltd., con sede en Bélice, que contaba con la madre de Leo, Celia Cuccittini de Messi, como directora y cuyo paquete accionario era: 50,2 % Schinocca y 49,8 %, Celia.

Leo jugaba cada día mejor, Schinocca contactaba a marcas, Sport Enterprises y Consultants firmaban contratos publicitarios por buenas cifras de dinero y el negocio pintaba tan redondo como el balón que pateaba Leo en esa época, en junio del 2005, cuando se destacó en el Mundial Sub-20 y despertó las primeras e inevitables comparaciones con Diego Maradona.

El terrenito. Corría el 2006. En apenas dos años, Leo había tenido un ascenso vertiginoso y ya no necesitaba de un BMW prestado. Sin embargo, la casa no estaba en orden. Según Schinocca, la relación con Jorge Messi se rompió cuando llegó el momento de cobrar lo que estipulaba la primera cuota de un contrato millonario firmado con una conocida marca deportiva.

“Entonces Jorge propuso devolverme la plata que yo había puesto al inicio de todo esto. Le respondí con una ironía; le dije: ´Esto es así. Fito y Jorgito compraron un terrenito, hicieron un edificio de 20 pisos que después se hizo de 40, ¿y ahora vos le querés dar a Fito la mitad del terrenito? No me parece justo´”, recuerda Schinocca, quien asegura que la propuesta de Messi padre consistió en reintegrarle los 500.000 dólares iniciales, desconociendo su trabajo en la gestión de otros 12 contratos.

La relación, entonces, se quebró. Y, según Schinocca, los padres del jugador habrían hecho una maniobra para desviar los fondos societarios: pidiéndoles a las marcas que depositen el dinero en otras dos sociedades, creadas por el clan familiar para tal fin –la uruguaya Jenbril y la inglesa Sidefloor Ltd.,– que, por supuesto, dejaban afuera a Schinocca, lo que fue aceptado por los sponsors. De esta manera, se habría producido una irregularidad jurídica ya que muchas marcas firmaron contratos con ciertas sociedades, pero terminaron pagándoles a otras. Schinocca hoy reclama su parte de las ganancias. Según su abogado, Jorge Viggiano, “a Schinocca se le encargó el armado de una estructura societaria como agente comercial y cuando tuvo que empezar a entrar el dinero a esa estructura, la plata se desvió a otra sociedad”.

Así fue como se iniciaron litigios judiciales de ambas partes, para definir el futuro de esta unión comercial. A fines del 2006, Schinocca radicó en Buenos Aires una denuncia penal por defraudación contra Jorge Messi y su esposa. Dos meses más tarde, los Messi radicaron otra denuncia en Rosario (también por defraudación) contra Schinocca por una supuesta falsedad en los papeles firmados. Todo quedó unificado en una sola causa, que actualmente está en el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal de la Octava Nominación de Rosario. La sentencia espera mientras en los pasillos de ese juzgado santafesino murmuran que “la causa quema”.

“Yo pasé a ser un mal socio para los Messi. Lo acepto. ¿Por qué uno le va a dar a alguien que no es de su familia el 50 por ciento de lo que cobra comercialmente? Pero lo tendrían que haber pensado antes y lo tendrían que haber arreglado antes”, se queja Schinocca. Y explica: “Mis diferencias son comerciales con la familia de Leo, no con él. Leo es un chico bárbaro, le deseo lo mejor”.

De pelicula. En el círculo íntimo de Messi no reconocen a Schinocca como un socio sino que lo consideran un “simple empleado”. Y argumentan que los documentos que dan cuenta de la sociedad no son válidos. “Unos son falsos porque estaban en inglés y la familia no tenía conocimiento de lo que firmaba y en otros, no reconoce las firmas como propias”, explican en el entorno del jugador.

Mientras tanto, Jorge Messi está en silencio. Noticias le envió tres mails para que pudiera contar su versión de los hechos, pero a través de un abogado español manifestó que por ahora no iba a hacer declaraciones. Sin embargo, en el 2009, sí se refirió a este entuerto judicial y le dijo a esta revista que se sentía dentro de una película, que le habían hecho “lo de Nueve Reinas”, porque su familia había firmado papeles en inglés confiando en su entonces asesor comercial y que este los estafó quedándose con lo que no le correspondía. “Schinocca era un empleado, un agente externo que cobraba por sus servicios y punto. Nada de milongas de que era un socio. Es como si a ti te robaran tu casa. ¿Tú vas a seguir metiendo dinero en la casa que te han robado?”, se pregunta desde Barcelona un allegado a la familia.

“Los Messi vaciaron la sociedad existente para quedarse con otra. Dicen que, como no hablaban inglés, no sabían lo que firmaban, pero después hicieron una nueva sociedad con la misma estructura que la anterior y ¡en inglés! Es un poquito exótico, ¿no?”, ironiza Viggiano.

Los referi. Ajeno a las partes en conflicto, el abogado y profesor de Derecho Comercial de la Facultad de Derecho de la UBA, Ricardo Nissen, explica que “dos socios pueden estar peleados a muerte, pero la sociedad sigue existiendo” y agrega que, cuando un socio quiere disolver una sociedad, “primero se debe hacer un balance, se deben liquidar los negocios, dividir lo que hay de plata o de bienes y recién entonces cada uno está liberado para hacer lo que quiera”. No antes.

En el mismo sentido, el director del Departamento de Derecho Económico Empresarial de la misma facultad, Dr. Daniel Vítolo, explica que desde el punto de vista de la Ley de Sociedades Comerciales esta maniobra se trataría de un “trasvasamiento”, es decir, un vaciamiento de una sociedad en perjuicio de un socio.

Nissen, que lleva más de 30 años dedicado al derecho societario, va aun más lejos. Critica enfáticamente a las sociedades off shore como las formadas por la familia Messi. Señala que proliferaron en la era menemista, que constituyeron durante mucho tiempo “un eficaz recurso para eludir cargas fiscales” y que no traen “inversiones genuinas que aporten al crecimiento del país”.

El cielo, un infierno. Pero ese no es el único problema. Según Nissen, Gibraltar es un paraíso fiscal. Y es precisamente el lugar en el que está Sovereign Trust, “la empresa que le brinda el marco legal a Sport Enterprises y a Sport Consultants”, de acuerdo con lo que describe el mismo Schinocca, quien reconoce que estas sociedades se crearon en el exterior “por un tema de impuestos”, pero no habla de evasión sino de “elusión” fiscal.

Es justamente en ese paraíso devenido en infierno en el que se juega una fecha clave. En estos días un juez de Gibraltar deberá dictaminar si las acciones que tiene Schinocca son válidas, o sea si él efectivamente era socio de los Messi. Esto le allanaría el camino para reclamar su parte en los contratos publicitarios que se cobraron por fuera de las sociedades originales, lo que constituiría un verdadero escándalo internacional para el jugador. En ese contexto es posible que los sponsors deban tener que volver a pagar. Varios abogados explican que esto radica en un principio general del derecho que señala que “el que paga mal, paga dos veces”.

Schinocca ya tuvo un primer triunfo en la Justicia. En octubre del año pasado, le ganó un juicio en España al Fútbol Club Barcelona, por haber intervenido en la renovación del contrato entre Messi y el club en el 2005. Barcelona fue condenado a pagarle 17.000 euros en concepto de honorarios. “Es la primera sentencia que me da el lugar que yo tengo en este negocio”, se entusiasma Schinocca. Guarda uno a uno los folios transparentes, los mete a presión en el bolso y deja el estudio jurídico. Esta vez ni se molesta en cerrar su bolso. Su secreto ya fue develado.  /Revista Noticias

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