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LOS POSIBLES ESCENARIOS ECONOMICOS PARA EL 2012 TANTO EN ARGENTINA COMO EN EL MUNDO 

La consultora Estudio Adolfo Ruiz & Asociados nos acerca este informe interesante sobre los posibles escenarios económicos en el 2012

Nota: Como es habitual, aclaramos que, al hablar de “escenarios”, nos estamos refiriendo a aquellas circunstancias que probablemente envolverán el ámbito político y económico en el futuro cercano de nuestro país. Como sostuviéramos en varias oportunidades, la técnica de construcción de escenarios constituye un eficaz recurso de planeamiento y, precisamente, porque el futuro es impredecible y tan sólo podemos imaginar algunas de las situaciones -de cumplimiento incierto- que enfrentaremos, el dirigente y el empresario deben necesariamente determinar algún curso de acción para abordarlas si así ocurriera. Esta herramienta nos ayuda en tal sentido, porque nos permite algo así como “ensayar el futuro”, posibilitándonos reconocer las señales de peligro o bien, ciertas situaciones -sean éstas, favorables o adversas- que podrían llegar a presentarse. De esta manera, la alta dirección empresaria puede buscar cómo evitar sorpresas, intentando adaptarse con eficacia y pragmatismo a dichas circunstancias.

Las estimaciones para el año calendario 2012LOS POSIBLES ESCENARIOS ECONOMICOS PARA EL 2012 TANTO EN ARGENTINA COMO EN EL MUNDO

a. El contexto internacional

1. Introducción

La tremenda incertidumbre del escenario internacional al momento de escribir estas líneas, tornan menos precisas que habitualmente las estimaciones acerca de cuáles son las circunstancias más probables que se presentarán. Estamos en esos momentos previos a una tormenta que podrá concretarse o pasar de largo, que podrá tener la virulencia de un huracán o la violencia, algo menor, de un fuerte pampero.

Pensamos que tres aspectos centrales redefinirán la estructura del poder mundial de las próximas décadas: si persiste o no la unidad europea; si continúa o no el liderazgo político-económico de EE.UU.; y cuán fuerte o débil es la potencia real de China. Sobre estos tres aspectos -nada menos- creemos se asentará el destino del mundo cercano y sus consecuencias. Cualquiera sea la intensidad de la crisis que vamos a vivir, seguramente nos obligará a disminuir la velocidad del consumo y a ajustar el rumbo hasta hoy vigente en nuestro lejano país. Aparecen, por lo tanto, otras tres incógnitas: a) la profundidad de la crisis ya iniciada; b) cómo ella afectará directa o indirectamente en nuestra economía; y c) cómo pilotearemos la nave del gobierno, para neutralizar o morigerar sus efectos. Veamos:

a) Profundidad de la crisis ya iniciada: Desde luego, resulta más que difícil estimar si el € habrá de desaparecer, o abarcará a un menor número de países, o bien, si se devaluará significativamente. Cualquiera de estas tres posibilidades achicará -en mayor o menor medida- el poder de compra y de administración de la economía por parte de los miembros de la UE (1), afectando con ello el nivel de actividad de sus proveedores (China y demás emergentes e, inclusive, de sus proveedores de energía, como Rusia y los países petroleros de África y medio oriente).

b) Cómo ella afectará directa o indirectamente en nuestra economía: Nuestras exportaciones hacia la UE son de máxima relevancia (mayores que a China) y, también lo son las que están dirigidas a Brasil y China, pero el crecimiento de los tres se verá reducido con cierta significación. Por lo tanto, es indudable que nuestras cifras de exportación sufrirán un detrimento que, en algunos casos, se asentará fundamentalmente en las cantidades (autopartes y terminados vendidos a Brasil); en otros en los precios (soja exportada a China); y en otros casos en ambos valores (aluminio y tubos). Es razonable, por lo tanto, estimar una caída importante -en dólares- de nuestro comercio exportador y una pérdida significativa en el superávit de la balanza comercial (2).

c) Cómo pilotearemos la nave del gobierno para neutralizar o morigerar sus efectos: En todos estos ocho años de gobierno, el kirchnerismo ha mostrado idéntica matriz para enfrentar sus adversidades, sean o no provocadas por sus propias decisiones: disimular su importancia, desviar la atención, y diferir los costos de imagen (dejamos de lado la celeridad o la dejadez de algunos magistrados judiciales, en tal sentido). En algunas oportunidades lo logró, tal como ocurriera con la desinformación sobre los fondos de Santa Cruz o con el ingreso de fondos “negros” en valijas, desde Venezuela. En otros, sólo alcanzó a posponer las consecuencias de los hechos pero, al costo de cebar bombas de acción retardada (como con los acreedores que no ingresaron en su momento al acuerdo por el default de 2002). Y en otros, en cambio, “tapó” los conflictos con sustanciales fondos y subsidios públicos, comprando voluntades e “influyendo” en decisiones, y hasta comprometiendo a instituciones enteras. Es este último procedimiento, el que ahora se le ha escapado de las manos y por ello, no hay plata que alcance, justo cuando nos hemos quedado sin superávit financiero y, más recientemente, con un más bajo superávit comercial. Esta falta de pericia, nos trajo de vuelta a un modelo inflacionario record, entre los mayores del mundo -que por tozudez o por ignorancia, la Presidenta se niega a reconocer-, y que, pensamos provocará el año socialmente más conflictivo de todo el ciclo kirchnerista (3).

Dentro de este escenario, un tema que con sólo nombrarlo produce escozor pero que no puede descartarse, es la posibilidad de una guerra focalizada territorialmente, aunque con multiplicidad de actores. Grandes crisis económicas en el pasado, han actuado como factor precursor de conflictos bélicos, incentivando y revitalizando prejuicios y beligerancias preexistentes, a veces ancestrales. Como sabemos, paradojalmente las guerras se pueden transformar en un factor masivo de ocupación laboral, aunque por otro lado, paralicen el comercio de bienes no vinculados al conflicto armado. Que se produzca o no un hecho bélico de envergadura dependerá, del tipo escalamiento de los conflictos económicos. Por ello, aunque de relativa probabilidad de ocurrencia, una guerra focalizada no puede descartarse dentro de una estimación de posibles escenarios internacionales (4), máxime teniendo en cuenta que, como sostiene Rosendo Fraga, casi ninguno de los líderes mundiales actuales ha convivido con la 2da. Guerra Mundial

2. Los EE.UU.

Hasta ahora, no se han removido las causas de las dificultades económicas que vive la primera potencia mundial. Tampoco, hasta el momento, existe el acuerdo político imprescindible para enfrentar y solucionar la crisis. Mientras tanto, continúan financiando su excesivo gasto público imprimiendo billetes en forma imprudente, licuando su deuda y exportando inflación en dólares. Pero, es bastante probable que la temida stangflation (recesión + inflación), haga su aparición en EE.UU. durante 2012 (5), demorando aún más, lo que debería ser una lenta pero sostenida recuperación (salvo que un conflicto bélico intenso -poco probable- o la fragmentación de Europa, la acelerasen). Y si este escenario se comprueba, el liderazgo americano quedará seriamente comprometido, su papel como “bombero” del mundo resultará severamente dañado, y su capacidad de compra de bienes importados seriamente disminuida.

3. Europa

Nosotros consideramos que la crisis europea económica es estructural -diferentes niveles de productividad entre sus miembros- y no se resuelve lubricándola financieramente. La fiebre del oro no consiguió formar un vergel en el desierto californiano, pues el crédito por sí solo no crea riqueza. A lo sumo, incentiva la demanda -transitoriamente, hasta que se acaba el dinero- o bien, provoca un aumento nominal de los precios, si es que no hay bienes suficientes para satisfacer esa mayor demanda. Por lo tanto, somos pesimistas con respecto a la resolución de la crisis y creemos que la mayor probabilidad reside en que el € desaparezca, o sólo quede vigente para un número reducido de países europeos (6). En cualquiera de los casos, resultará también en una pérdida de su capacidad de compra.

4. China, India y Rusia

A nuestro modo de ver, en China no se podrá compensar con su mayor consumo interno la caída de la demanda -así se multiplicara aquél-, provocadas por las limitaciones exportadoras que sufrirá en EE.UU., Europa y al resto de sus mercados. Primero, porque no todos sus productos exportables tienen mercado dentro de su territorio y, de tenerlo, no todos tendrían similar intensidad compensatoria en su demanda. Segundo, porque casi toda su estructura de servicios está orientada hacia la exportación. Tercero, porque no todo es completamente intercambiable en economía, ni la fuerza laboral, ni las materias primas, ni los alimentos, ni la energía, ni el transporte. Un supuesto aclaratorio: si yo fabrico 10 millones de teléfonos para exportar y resuelvo venderlos en el mercado interno, el consumo de energía aumentará exponencialmente en mi territorio, no en el exterior (aunque la cantidad de energía consumida globalmente sea la misma).

Claro que China tiene una doble ventaja: dado que su problema será comercial y no financiero, no dependerá, como en el caso de sus clientes, de una disminución del gasto estatal como medida necesaria para aligerar la crisis; y, por otra parte, cuenta con una importantísima masa de ahorro de sus ciudadanos, que cada año la incrementan.

India por su parte, tiene un crecimiento aparentemente más armónico y menos impetuoso que el de China, aunque con una permanente amenaza bélica externa (Pakistán) y, en proporción a su tamaño, con mayores gastos militares. Además, está menos expuesta que China en sus mercados exteriores y, en consecuencia, podrá soportar las crisis con menores consecuencias en términos de crecimiento y menor actividad. Sin embargo, por tratarse de una democracia madura -a diferencia de la China autoritaria- corre el riesgo de ver extendidos sus focos de conflictividad social.

Brasil es más sensible a lo que pase en EE.UU., en Europa, China e India, dada la composición de sus exportaciones pero, por otro lado, está tomando medidas de todo tipo para enfrentar una recesión mundial. De todas maneras, no le será fácil. Por ejemplo, la caída de producción automotriz, ya en septiembre pasado fue de más del 20% con respecto a igual mes del año anterior. Vemos, entonces, que también se verá afectado su nivel de crecimiento y, en consecuencia, su capacidad de compra.

Rusia, como el gran proveedor energético de Europa -y, tal como les pasa a los países petroleros- no disminuirá su riqueza, pero sí su flujo de caja. Por ello, salvo un conflicto bélico de envergadura -que lleve el valor del petróleo a las nubes-, deberá moderar sus compras importadas, su gasto público y sus inversiones, reduciendo su poder de compra.

Por lo tanto, aunque está expuesta en menor medida que EE.UU., Europa y Japón, y bastante mejor colocada que India, Rusia y Brasil; China no estará exenta de ver reducido en forma considerable -como todos ellos- su nivel de crecimiento (7), afectando significativamente su poder de compra y obligándola a reducir sus adquisiciones, sea en cantidades o en precios.

Visto este cuadro y de cumplirse nuestras estimaciones, la principal consecuencia global será un descenso marcado en el crecimiento del PBI mundial, así como en el del comercio exterior (8). En segundo lugar, creemos se producirá un recrudecimiento del proteccionismo comercial como mecanismo de moderación de la crisis (9), sea por selección de los bienes a que se les brindará distintos niveles de arancelamiento o, lisa y llanamente, se prohibirá comercializarlos

b. El contexto local y su posible evolución

1. El valor del peso

Si el análisis del apartado anterior se confirmara, resultaría fácil comprender el riesgo que corre nuestro comercio exterior el año próximo, con achicamiento de demanda, bajas de los precios, barreras arancelarias o prohibitivas, subterfugios proteccionistas y sus réplicas, y, encima, con una moneda -el peso- sobrevaluado que lleva, por los mayores costos en dólares, a muchos de nuestros productos exportables a niveles de incompetencia. Por lo tanto, creemos que sea por la convicción de las autoridades o por la fuerza de las circunstancias, se producirá una devaluación acotada del peso, en el otoño e invierno próximos, siempre y cuando los acontecimientos externos no la impulsen con anterioridad (10). Como consecuencia de ello, en algún momento del año 2012 se produciría un control de cambios formal y oficial -no como el existente en este momento, bajo amenazas informales de visitas de Afip, o eventuales pateaduras-, con penalidades a su infracción (11).

2. Intervencionismo estatal

La vocación intervencionista del gobierno se verá acentuada, no solamente por razones ideológicas, sino por el relativo éxito alcanzado transitoriamente por esa especie de “Sargento Schultz” de los nazis, el Secretario Moreno, en el objetivo de “moderar” las operaciones en el mercado paralelo de divisas. Este intervencionismo estatal se podrá extender a alguno, o a varios rubros de la economía: finanzas, comercio exterior, política de precios, fondos de salud y, desde luego, política laboral (12).

3. Comercio exterior

El saldo comercial durante el año que termina continuará siendo positivo, aunque con menor valor que en el año anterior, fruto de la combinación de menores cantidades exportadas, menores precios, o ambas cosas (ver pg. 2, punto 2). Sin embargo, en el 2012 ese superávit comercial -si es que se mantiene- creemos será muchísimo menor (13).

4. Inflación

Existen -como mínimo- una decena de causas de inflación, algunas con mayor incidencia y otras con menor. Podrá haber discrepancias de enfoques pero, en lo que todos los economistas coinciden es en que, lo peor, es negar su existencia. Los asesores más influyentes en la Presidenta en este momento, sostienen que se trata de una exageración y una confabulación de los medios que, a su vez, influyen sobre las organizaciones sindicales para que pidan reajustes desmedidos.

Otra vez, el escatológicamente deslenguado Secretario Moreno -ahora con su fuerza omnipotente recargada- la ayuda a equivocarse. Otros también colaboran, sea con el argumento desarrollista de que es imprescindible un poco de inflación dado que esta es estructural, o bien, aduciendo que lo de la cantidad de dinero, es un invento monetarista. Lo concreto es que, pese la salida de capitales fenomenal que ha habido -aspirando pesos en la plaza- los precios siguen subiendo diariamente. Y con la enorme cantidad de dinero emitida por el Banco Central en un año, unida a la desconfianza del público hacia el peso, nos hemos colocado en las puertas de una tormenta perfecta. Los precios seguirán aumentando en forma generalizada, hasta que la crisis del exterior nos afecte de lleno (14), lo que, junto a un posible congelamiento de precios, torna incierto estimar una tasa anual. Luego, probablemente, caigamos también en una especie de stangflation, aunque no sea generalizada a todo tipo de bienes (15).

5. Mínimo no imponible

Es posible que la señora de Kirchner deba revisar su posición con respecto al pedido de Moyano sobre el mínimo no imponible. Aun conservando la pauta de un 18% de aumentos de salarios que se trata de imponer, muchos salarios medios y algunos básicos (camioneros) superarán ese piso. Por ello, pensamos que habrá una suba del mínimo no imponible en salarios y para el trabajo personal o profesional, posiblemente antes de junio (16), y pese a las necesidades de recaudación que tendrá el gobierno, al ver reducidos sus ingresos por menor IVA aduanero y menores retenciones en monto.

6. Congelamiento de precios

Cuando las autoridades se convenzan de que la inflación está espiralizada o desbordada, tardíamente, intentarán correctivos y, entonces, las vituperadas “metas de inflación” se resuciten con un “relato” contradictorio adecuado. Pero uno de los efectos más gravosos de la inflación es la estropada de los precios (o “inflación inercial”). Durante el gobierno de Alfonsín se atacó el problema con dos medidas económicamente siniestras, impulsadas con gran cinismo y promocionadas como una contribución patriótica: el ahorro forzoso y el desagio de las cuentas a cobrar. No fue suficiente y, salvo las frutas y verduras frescas, tuvieron que congelar los precios. Como sostuvimos en el punto 4), pensamos que los acontecimientos pueden llevar a un congelamiento de precios -más propagandístico que eficaz-, al menos para productos de una canasta familiar reducida o ampliada (17).

Otra medida que podrían tomar, principalmente con fines publicitarios y copiando lo anunciado por el gobierno brasileño, es una baja del IVA, total o parcial, para una decena de productos de primera necesidad (18) (aunque, aclaramos, no le asignamos muy alta probabilidad de ocurrencia debido a la dificultad de supervisar el real traslado de la eliminación del impuesto a los precios).

7. Gasto público e inversiones

Tal como indica la ley de Presupuesto, el propósito del gobierno es incrementar el gasto público, con el doble objetivo de consolidar su poder populista y de mantener el actual nivel de actividad. A nuestro juicio, no podrá. Una conjunción de menor recaudación, gastos desbordados, y una mayor conflictividad que sólo se podrá paliar con plata, hará imposible la ejecución de los gastos y las inversiones proyectadas en aquella ley (19). Por lo que deberá reverlo, rediseñarlo y reasignar prioridades. En cuanto a las inversiones del sector privado, pensamos que será la tasa más baja desde el 2003 (20), dada la conjunción: crisis externa-inseguridad jurídica-falta de ajuste por inflación-límites al giro de utilidades.

8. Crédito externo

La relación con los EE.UU. dependerá de nuestra posición frente a Irán o de la postura que asumamos ante un eventual ataque de Israel a ese país. Es cierto que el Ministro de Economía y Vicepresidente electo -ahora de “capa caída”- está interesado personalmente y muy jugado a favor de un arreglo al Club de Paris, lo que necesariamente nos obliga a acordar antes con EE.UU. y el FMI, pero la Presidenta y a algunos de sus colaboradores no les interesa arriar la bandera del desendeudamiento. Por tanto, no creemos que Argentina tenga posibilidad para tomar nuevos créditos internacionales (21), ni mucho menos a tasas bajas.

9. Crisis energética

La tan anunciada crisis energética pronosticada por la mayor parte de los expertos energéticos en los últimos años, tuvo lugar este año, aunque pudo ser enmascarada exitosamente por el Ministro De Vido, importando a precios de mercado los combustibles que antes exportábamos -con retenciones- a ese mismo precio. Con el menor nivel de actividad económica que pronosticamos, probablemente podamos transitar el año 2012 sin cortes de energía mayores a los practicados en el que termina (22), salvo algún desgraciado accidente que -por fallas de mantenimiento- pudiera suceder.

10. Recomposición o formación de una coalición opositora

En situaciones críticas, las sociedades tienden a estrechar filas. Hasta ahora, el impacto kirchnerista y su éxito electoral ha inmovilizado a buena parte de sus opositores, sobre todo, a quienes como la mayoría de los radicales y el ARI, parte del peronismo y la totalidad de la izquierda y el socialismo, han visto “mejicaneadas” buena parte de sus ideas o eslóganes. Pero este año 2012 -par y bisiesto y, por lo tanto, no fasto según alguna tradición-, creemos impondrá los acontecimientos por encima de los propósitos y de los objetivos de gobernantes y dirigentes. O sea, ante las catástrofes, aumentan dos cosas: el gregarismo y la fe religiosa. Y como, de acuerdo a nuestro razonamiento, el año a comenzar puede estar cercano a una catástrofe externa o al borde de ella, creemos que se producirá un aglutinamiento de hecho de parte de las fuerzas opositoras, sobre todo de las que más se diferencian del kirchnerismo (23)

Anexo: Estado de las estimaciones para el año 2011 que concluye y su grado de verificación al presente.

a. El contexto internacional

(1) Esperamos un año de alta conflictividad social en EE.UU., con fuerte relevancia en la economía local y afectando la internacional. Parcialmente verificado

(2) Leve empobrecimiento europeo será mayor que el del resto del mundo. Parcialmente verificado

(3) Esperamos una moderación en el crecimiento de la economía brasileña. Verificado

(4) Nos parece de alta probabilidad que se produzcan conflictos internos o externos que pondrían a prueba la estabilidad del Unasur. Verificado

(5) es esperable una suave disminución del consumo y de las importaciones chinas, lo que afectará los precios de los commodities. Verificado

(6) menor crecimiento del comercio internacional, sea en dólares o en cantidades, o con una mezcla de ambos fenómenos. Verificado

(7) Es de esperar un comportamiento desigual [en esos precios] dada su nivel de prescindibilidad o bien, de su volatilidad como consecuencia de conflictos políticos o accidentes de la naturaleza. Verificado

b. El contexto local y su posible evolución

(8) estimamos posible una mayor intervención gubernamental, limitando importaciones y dificultando la salida de capitales. Verificado

(9) nuestra estimación para todo el año calendario 2011 es de alrededor del 25%. Verificado

(10) a partir de agosto o septiembre provocarían una reducción del nivel de consumo y de la actividad económica. Parcialmente verificado

(11) a las tarifas de servicios públicos serán reajustadas antes de las elecciones, buscando el gobierno postergar sus efectos hasta después de ellas. Incumplido

(12) agudización de conflictos, protestas y enfrentamientos, con mayor o menor grado de violencia y con consecuencias económicas no menores. Verificado

(13) se producirá un nuevo record histórico en el gasto público de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Verificado

(14) puede haber algunas corridas cambiarias previas a las elecciones, como consecuencia de salida de capitales al exterior ya apuntada. Verificado

(15) elevar el mínimo no imponible (cuya prórroga ya se decretó) y reducir el porcentaje de IVA a algunos artículos de consumo. Incumplido

(16) prevemos un incremento del PBI entre el 3% y el 4% y el del consumo alrededor del 5%. A verificar (*)

(17) consideramos que la producción estará igual o por debajo de la cifra de 2010. A verificar (*)

(18) pensamos que la tasa de inversión podría resultar inferior al 20%. A verificar, pero con alta probabilidad de cumplimiento.

(19) similar o levemente menor al actual nivel de ocupación en el sector privado, compensado parcialmente por el incremento en el empleo público. Verificado

(20) es posible que las autoridades repongan la vigencia del doble despido. Incumplido.

(*) A verificar, pero con alta probabilidad de cumplimiento.

Estudio Adolfo Ruiz & Asociados

Perspectivas Microeconómicas

Informe sobre economía, management y negocios N° 151

Juncal 1966, 4° Of. C

[1124] Buenos Aires, Argentina

Te/Fx: [054-1] 4811-2377

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