Un argentino robó un millón de euros de un camión de caudales

Un argentino de 31 años dejó el anonimato tras desaparecer con un millón de euros, la suma que llevaba en el camión de la transportadora de caudales en la que trabajaba como chofer-custodio.
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Lo que a todas luces parecería un verdadero robo, ocurrió por la mañana en Ovada, una pequeña ciudad de la región del Piamonte, cercana a Alessandria, en el noroeste de la península.
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Según informes de prensa, Miguel Angel Cerbelli se encontraba junto a un colega en esa localidad, donde estaba por hacer una entrega en la filial del banco San Paolo Imi, uno de los institutos de créditos más importantes del país.
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De repente, Cerbelli, que manejaba el camión, le dijo a su compañero: "No me siento bien, voy a buscar un bar", frase que terminó siendo la última, antes de desaparecer. El otro custodio, en efecto, poco más tarde lanzó la alarma, al darse cuenta de que en frente a la salida del banco ya no estaban ni el camión ni su colega argentino.
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En un hecho bastante misterioso, los carabineros más tarde hallaron el furgón de la compañía estacionado a doscientos metros del instituto de crédito, pero sin rastros del chofer que lo manejaba ni del millón de euros que había en su interior.
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Ovada es una zona famosa por su "dolcetto", uno de los mejores vinos tintos italianos, que no queda lejos de Valenza, otra pequeña ciudad en la que vivía Miguel Angel, al parecer un "guardia giurata" (como se llama en Italia el personal de seguridad que se dedica a custodiar bienes o propiedades de todo tipo) en la transportadora de valores de la firma Valbianchi.
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Mientras los carabineros seguían anoche todas las pistas imaginables, según la agencia ANSA, trascendió que Cerbelli en verdad vivía desde hace un año en Valenza, luego de haber estado en Casale Monferrato, otra localidad de la misma región.
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"Es un "bravo ragazzo" (buen muchacho) y un gran trabajador", dijeron en tanto algunas personas que lo conocen, que contaron que este argentino solía pasar su tiempo libre en el gimnasio, y por las noches, de vez en cuando, en discotecas.
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Sobre la base de las primeras investigaciones, nadie en Ovada habría notado la presencia de autos o de movimientos sospechosos en la zona en la que desaparecieron el furgón, su chofer y el dinero. Se supo, por otra parte, que el auto particular de Cerbelli fue hallado en el estacionamiento de la compañía de Valenza.
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¿El asalto del siglo? ¿El delito perfecto? ¿Cerbelli, ayudado por algún cómplice, huyó con el millón de euros a alguna isla de la Polinesia, o a su patria querida? Preguntas aún sin respuestas.

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