Los devastadores incendios que asolan el estado de California, en Estados Unidos, y el norte de México ya se cobraron al menos 20 víctimas. Pero además generaron una ola de desarraigo, con el abandono de sus viviendas por parte de más de 100 mil personas.

Unos 13 mil bomberos intentan extinguir los focos, que tras una semana continúan avanzando con fuerza. Además, hay 121 aviones hidrantes y helicópteros que desde las alturas intentan cerrarle el paso al fuego.

La situación se complicó aún más en la zona de Simi Valley, donde esta madrugada se registraron dos pequeños terremotos, que si bien no provocaron daños a personas, dificultaron los trabajos que realizan los bomberos.

En Los Angeles, con más de nueve millones de habitantes, aún prevalece la calma. Pero el olor a vegetación quemada y el calor se pueden percibir a 70 kilómetros de los incendios que rodean la zona este, oeste y sur. Los automovilistas se vieron obligados a utilizar las luces durante gran parte del día y las cenizas cubren las playas californianas.

El fuego, que se inició la semana pasada en ese estado, ya destruyó más de 260 mil hectáreas y 2.600 viviendas. El gobernador saliente de California, Gray Davis, confirmó que este siniestro podría costarle al estado cerca de 2.000 millones de dólares.

Debido a que algunos focos de incendio podrían haber sido provocados, las autoridades de California distribuyeron un retrato robot del pirómano, que podría haber originado fuegos el sábado, en la zona de San Bernardino.