Agregar pagina a Sitios ArgentinaComo publicitar aquí   │  Noticias & medios   │  Contacto

 

 

Sitios Argentina - Notas & Noticias Destacadas

 

PALERMO SALVO A BOCA Y LO PUSO EN LA PUNTA

Perdía 1-0 y era superado claramente por un Huracán de Tres Arroyos que no supo liquidar el partido. Pero apareció Palermo y convirtió dos goles para sellar un triunfo increíble

Es necesario aclararlo de movida: Boca no sólo no mereció ganar sino que mereció perder. Fue superado por su rival, el modesto y digno Huracán de Tres Arroyos, en la mayor parte de los noventa minutos. Estuvo contra las cuerdas, groggy, más de una vez (en realidad, Huracán le perdonó la vida). Llegó apenas un puñadito de veces hasta el arco de Pardal y jamás con claridad ni con profundidad. Nunca supo a qué jugar (¿lo sabe ciertamente?). Cambió por completo de esquema de un tiempo a otro para no cambiar casi nada —salvo el resultado, un milagro—. Falló la estructura colectiva y fallaron las individualidades. Escuchó gruesos silbidos de su propia gente al término de su pésimo primer tiempo. Y escuchó, también, un par de ruidosos reclamos más: aquello de "movete, dejá de joder" y aquello otro de "hay que poner un poco más de huevo". Para redondear el panorama: Boca, seguramente, debe haber jugado el peor partido de la era Brindisi.

Pero... Boca ganó. Y se subió a la punta, junto a River y a Vélez. ¿Cómo se explica su más que opaca victoria? Con un solo argumento, una exclusiva razón: el viejo olfato goleador de Martín Palermo. El gigante rubio apareció cuando más falta le hacía a Boca, sacudió la red de Huracán con dos goles que fueron triunfo y se fue con la ovación (la única, obviamente) de la tarde: la gente le agradeció que, al menos en un par de ocasiones, pudo gritar de felicidad, desahogarse... Ahí está la enorme diferencia para explicar una chapa increíble: Boca dispuso de un goleador de aquellos; Huracán, que construyó ocho chances netas para liquidar el asunto, no supo ni pudo traducir semejante superioridad en la red del dubitativo Abbondanzieri. Claro, cómo no iba a estar nervioso el Pato si adelante tenía una defensa que hacía agua por todos los costados...

Huracán sorprendió enseguida a Boca. Porque no se acurrucó atrás, porque salió a pelearle la pelota en la zona central, porque la manejó mucho mejor —especialmente por el talentoso Jorge Izquierdo— y porque lo taladró en contraataque con la velocidad de Gabriel González y la búsqueda de Claudio García. Y fue el propio González el que acalló la Bombonera, allá por los 4 minutos, cuando cruzó un derechazo medido —gran habilitación de Izquierdo— al palo más lejano de Abbondanzieri. Ahí empezaron a vislumbrarse los problemas (insolubles) de Boca a la hora de defender. ¿Cómo nació la maniobra del gol de Huracán? En una pelota que perdió Palermo en su campo y que tomó completamente desequilibrado al resto. Tanto que la punzante réplica fue de dos contra dos... Así defendió Boca. Mal, muy mal.

Tevez, sin respuestas físicas (está agotado por el maratón de partidos, pero Brindisi igual lo sigue incluyendo), no fue Tevez. Y Boca, sin Tevez en su real dimensión, tampoco es el mismo Boca. Cagna, como enganche, no tocaba la pelota. No había desequilibrio. Ni ideas ni llegadas ni precisión. El toque de Huracán enloquecía a un Boca desorientado. Pero el cuadro de Tres Arroyos lo perdonaba una, dos, tres, cuatro veces... Demasiadas para no sufrir después.

Brindisi, como ante Gimnasia, pateó el tablero para la reanudación. Excluyó a los dos laterales (Alvarez y Calvo) y al chico Ormazábal; hizo entrar a Matellán, Cascini y Cangele. Armó una línea de tres defensiva (César González, Traverso, Matellán); un medio con Cagna, Cascini, Ledesma (más adelantado) y Guglielminpietro; y un trío ofensivo integrado por Tevez, Palermo y Cangele. Boca mejoró un poquito, sólo eso, de tres cuartos en adelante, ayudado por un riesgoso retroceso de Huracán. Pero atrás repitió invariablemente las invitaciones a ser atacado por cualquier sector.

Boca, con más decisión para ir por la igualdad, chocaba contra su escasez de variantes cuando debía enfilar hacia los dominios de Pardal. Pero Boca tiene a Palermo... Y a los 19, Martín la recibió de Tevez y clavó un zurdazo rasante, junto al poste derecho de un arquero que se tiró tarde. Y a los 28, Guglielminpietro —lo mejor que hizo— desbordó por izquierda y lanzó un centro al corazón del área; Gómez fue a cubrir al Guly y se olvidó de Palermo. Martín saltó solo. Y si salta solo... Cabezazo bombeado, adentro. Alarido de un Boca líder e incomprensible.

Fuente: CLARIN.COM

Compartir este articulo :

 

Ver historial completo de noticias destacadas.

 

 

 

Home  |  Cómo incluir tu Pagina aquí  |  Noticias & Actualidad  |  Publicidad & Consultas
 
© Copyright 2001 - 2021 Sitios Argentina .com.ar | Permitido el uso del contenido citando la fuente.