La situación de la industria pyme en Argentina es preocupante. Según Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos, el sector se encuentra en un momento de crisis, amenazado por un incremento de productos importados y la falta de políticas de apoyo. “Estamos muy alarmados, el gobierno ha girado la vista hacia otro lado, dejando a nuestra industria en una posición de gran desventaja”, afirmó en una reciente entrevista.

Empleo en retroceso: la dura realidad de las pymes

Rosato no se quedó en meras declaraciones y presentó datos impactantes: “Desde diciembre de 2023 hasta septiembre de 2025 se han perdido 317.000 empleos formales”, un hecho corroborado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. La situación se ha profundizado en los últimos meses, con una drástica disminución de 17.700 empleos en solo un mes, señalando una crisis estructural que afecta la producción y el mercado laboral.

Cierre de empresas: un efecto dominó devastador

A lo largo de 2025, el cierre de 1.250 empresas manufactureras dejó una marca clara: más de 21.000 puestos de trabajo destruidos. “Esto es una señal inequívoca de que algo grave está sucediendo y el gobierno parece ignorarlo”, indicó Rosato. La presión impositiva elevada, los altos costos laborales, las tarifas energéticas exorbitantes y la falta de acceso a financiamiento se presentan como obstáculos insuperables para las pymes.

Un llamado a la acción y la intervención estatal

Rosato expresó su preocupación por las consecuencias sociales de esta situación: “Podríamos enfrentar un gran problema social a corto plazo”, destacando la urgencia de un plan industrial que contemple una reforma fiscal y medidas concretas para mejorar la competitividad del sector.

El desafío de las importaciones y la falta de diálogo

En cuanto a la relación con el gobierno, Rosato fue contundente: “No tenemos un interlocutor válido; nuestras demandas quedan sin respuesta”. A pesar de hablar sobre las oportunidades que traería una reforma, enfatizó que debe apuntar a igualar las condiciones entre pymes y grandes empresas.

Competencia desleal: el caso del sector textil

Una de las preocupaciones más notorias es la apertura de importaciones que favorece a productos provenientes de países como China. “Es imposible competir ya que enfrentamos una competencia desleal”, mencionó, citando el impacto negativo en la industria textil, que se ve amenazada por el ingreso de ropa usada. Esto podría resultar en la eliminación de la industria nacional. Además, sectores como la metalurgia, los bienes de capital y la industria automotriz también están en riesgo.

Un futuro incierto para la industria manufacturera

Por último, Rosato subrayó otro factor crítico: el crecimiento de las exportaciones que se concentra en sectores primarios. “No estamos viendo un aumento en la manufactura, y eso es un indicador de problemas que se avecinan”, concluyó, dejando claro que la situación requiere atención inmediata para evitar consecuencias aún más severas.