En un sorprendente giro de los acontecimientos, la policía australiana anunció que los dos hombres responsables de la masacre en una celebración de Hanukkah en Bondi Beach no estaban conectados a ningún grupo terrorista. Según la comisionada de la Policía Federal Australiana, Krissy Barrett, Sajid y Naveed Akram, padres e hijos, regresaron a Australia tras una estancia en Filipinas, donde permanecieron la mayor parte del tiempo sin salir de su hotel.

Detonante En las Sombras

El ataque, que ocurrió el 14 de diciembre, cobró la vida de 15 personas y dejó a 40 heridos durante un evento festivo. Aunque las investigaciones apuntan a que los Akram estaban inspirados por el grupo jihadista Estado Islámico, Barrett enfatizó que no hay evidencia de que recibieran entrenamiento o preparación logística para la acción violenta. «Actuaron solos», declaró la comisionada.

La Fiesta en Peligro

A medida que se acerca la celebración de Año Nuevo en Sydney, se implementará el mayor despliegue policial en la historia de esta festividad, con más de 2,500 oficiales, algunos armados con rifles automáticos. Esta medida es respuesta directa al ataque en Bondi Beach, que se considera el peor evento terrorista en la historia del país.

Reacciones de la Comunidad y las Autoridades

El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, aseguró que, aunque algunos podrían ver este fortalecimiento de la seguridad como una militarización, la prioridad es la seguridad de los ciudadanos. «Es fundamental que la comunidad se sienta segura para disfrutar de celebraciones como la de Año Nuevo», afirmó Minns.

Recordando a las Víctimas

En un gesto de homenaje, se realizará un minuto de silencio por las víctimas del ataque, a las 11 de la noche. También se proyectarán imágenes de una menorá en los pilares del puente de Sydney, adaptando el tributo tras consultas con líderes de la comunidad judía local. «Es crucial que la comunidad sea escuchada en momentos como este», expresó la alcaldesa de Sydney, Clover Moore.

Más de un millón de personas se congrega anualmente en el puerto para disfrutar de los fuegos artificiales, y este año, las autoridades esperan que la celebración continúe, resistiendo al miedo y reafirmando el espíritu de unidad de la ciudad.