Transformaciones en las Importaciones Argentinas: Un Desafío para la Industria Local
En 2025, el comercio exterior argentino muestra un panorama marcado por una rápida apertura, pero el impacto en la producción nacional plantea interrogantes sobre su sostenibilidad.
El comercio exterior argentino vive un momento de transición, impulsado por una estrategia de apertura acelerada después de años de restricciones. Sin embargo, este cambio está afectando notablemente la producción local. Aunque en comparación con otros países de la región el volumen de importaciones es relativamente bajo, el crecimiento en ciertos sectores como bienes de consumo y vehículos está desplazando a la industria nacional. Este fenómeno se ve facilitado por un desajuste cambiario que, de alguna manera, subsidia las compras al exterior.
Argentina y su Apertura Comercial: Un Análisis Comparativo
Según un informe de la consultora Abeceb, Argentina continúa situándose entre los países con los niveles más bajos de apertura comercial. Mientras que naciones como Chile, México o Colombia manejan tasas de importaciones del 20% al 45% del PIB, Argentina se ubica históricamente entre el 12% y el 18%. Este dato revela que, más que un modelo productivo cerrado, se caracteriza por una trayectoria afectada por la volatilidad macroeconómica y una escasez crónica de divisas.
Números Relevantes
Hasta noviembre, las importaciones argentinas alcanzaron los USD 70.235 millones, lo que representa un crecimiento del 27% en relación al año anterior. Sin embargo, este incremento no es homogéneo: mientras que los insumos para la producción aumentaron solo un 6,2%, los bienes de consumo se dispararon un 58,3% y los vehículos terminados crecieron un asombroso 109%.
Reestructuración del ADN Industrial Argentino
El economista Mariano Kestelboim señala que la comparación entre Argentina y otras economías de América Latina debe ser cautelosa. Para él, el tamaño y la capacidad de autoabastecimiento de cada economía son factores decisivos en los niveles de apertura comercial. A pesar de ser un líder en industrias avanzadas como satélites y biotecnología, esta sofisticación corre el riesgo de perder terreno bajo la actual política económica.
Mutaciones en la Matriz de Importación
La creciente dependencia de productos terminados plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de la economía argentina. Según Anastasia Daicich, especialista en comercio internacional, el país está cambiando su matriz importadora, priorizando automóviles y bienes de consumo final, lo cual podría comprometer el acceso a insumos críticos para la industria. La relación de importación por cada punto de crecimiento del PIB se ha vuelto insostenible, generando un desequilibrio importante en la balanza de pagos.
Impacto del Régimen de «Puerta a Puerta»
El fenómeno del «puerta a puerta» ha crecido un 291,8% interanual, gracias a plataformas de comercio electrónico. A pesar de que su impacto en el PIB es bajo, su efecto es significativo en sectores que dependen de mano de obra intensiva. Este patrón ha causado preocupación incluso a nivel internacional, con regulaciones que se han endurecido en otros países como Estados Unidos.
Desafiando la Globalización: Cadenas de Valor y Competitividad
Marcelo Elizondo, experto en negocios internacionales, destaca que a pesar de la percepción de que Argentina tiene un nivel de importaciones bajo, la mayor parte de estas sigue concentrada en bienes de capital y piezas para maquinaria. Según datos de la OCDE, una parte significativa de los componentes exportados son, de hecho, importados. Por lo tanto, el verdadero desafío no radica en el volumen de importaciones, sino en ser parte de las cadenas de valor globales. Sin una mejora en la competitividad y en la capacidad productiva, el país corre el riesgo de no poder sostener su crecimiento en el futuro.
De cara al 2026, será crucial que Argentina no solo aumente sus niveles de importación, sino que también fortalezca su capacidad para exportar y atraer divisas, ya que de lo contrario, el modelo actual podría ser insostenible.
