Acciones y reacciones en el Senado

El debate por el presupuesto comenzó el viernes con un ambiente cargado de confrontaciones. Cristina López, del justicialismo, denunció a Villarruel por el desalojo de su oficina parlamentaria, lo que desató un intercambio de acusaciones. Mientras López hablaba de “tocamientos impúdicos”, Villarruel se defendía, acusando de “usurpación”.

Las denuncias de Cristina López

López no se contuvo y enfatizó su preocupación por un supuesto “abuso de poder” en el Senado. Afirmó que estos actos son una represalia política tras su juramento por los 30 mil desaparecidos, advirtiendo que “reinan el autoritarismo y el abuso de poder”. Su intenso discurso duró más de nueve minutos y estuvo marcado por interacciones tensas con Villarruel.

El clima de incertidumbre y acusaciones

La presidente del Senado no quedó atrás y alegó que la senadora fueguina había incurrido en un acto de usurpación. En este contexto, López reclamó la devolución de sus pertenencias, las cuales, según mencionó, estaban aún en poder de Villarruel. La discusión se volvió aún más intensa, con gritos desde varias bancadas, aumentando las tensiones en el recinto.

Reacciones de otros senadores

No solo López se manifestó durante el intercambio. Luis Juez también hizo un llamado a garantizar el derecho de la senadora a expresar su cuestión de privilegio, argumentando que “la prioridad es escuchar su voz”. Este hecho ejemplificó el clima de confrontación que permeó la sesión.

Más allá del Presupuesto: un reflejo del clima político

El cruce no solo se limitó a reclamos sobre la administración del Senado; López dejó entrever que Villarruel había “traicionado” a Javier Milei, aludiendo que su comportamiento actual se contradice con sus promesas y valores. La senadora continuó cuestionando el liderazgo de Villarruel, resaltando que el actual orden no respeta ni a sus propios miembros.

Una sesión marcada por el enfrentamiento

A pesar de las intervenciones, Villarruel mantuvo su postura y no respondió directamente a las acusaciones de López. Para culminar, delegó la discusión a la Comisión de Asuntos Constitucionales, dejando en suspenso la resolución del conflicto.

Este episodio no solo destaca los desacuerdos en la Cámara, sino que también ilustra la fragilidad del clima político en Argentina, donde los conflictos personales y las tensiones ideológicas siguen predominando en el debate público.