El virus que azota a Cuba: angustia y escasez en medio de la epidemia
La actual crisis sanitaria en Cuba está generando un clima de temor y ansiedad, donde el «virus» se ha convertido en el enemigo más temido por sus habitantes. Mientras la escasez de recursos se agrava, la población se encuentra en un estado de vulnerabilidad alarmante.
Una epidemia devastadora en medio de la crisis
Fiebre alta, sarpullidos, vómitos y dolencias articulares son algunos de los síntomas que los cubanos enfrentan a diario. Esta situación se agrava con la circulación de tres arbovirus —dengue, chikungunya y oropouche—, que han puesto en jaque a la población, sumada a la preocupación por otros virus respiratorios como el covid-19.
El clima actual en ciudades como Matanzas es desolador; un testimonio describe a sus residentes como “zombis”, con síntomas que les dificultan salir de casa. Ante esta realidad, la automedicación se ha convertido en una práctica común, ya que las condiciones de los hospitales hacen que muchas personas prefieran permanecer en casa.
Un sistema sanitario en crisis
La crisis no solo es de salud: la falta de medicamentos y suministros básicos, como jeringuillas y guantes, obstaculiza cualquier intento de diagnóstico o tratamiento adecuado. Aunque el gobierno afirma que han habido al menos 47 muertes relacionadas con estos virus, muchos creen que la cifra real es mucho mayor. Se estima que durante la última semana, los contagios de chikungunya aumentaron un 71%, alcanzando casi 26,000 casos totales
Relatos desgarradores de los afectados
La voz de la población se hace eco entre quienes han padecido el virus. Hansel, un joven ingeniero de La Habana, relata su experiencia dolorosa y debilitante con este virus. Desde su inicio, sus síntomas fueron devastadores: dolores generalizados y fiebre alta le mantuvieron en una lucha constante por su salud.
Similares relatos llegan de otras partes de la isla. Silvia, quien prefiere permanecer en el anonimato, cuenta cómo su madre y su abuela enfrentan condiciones críticas en sus hogares, sin acceso a un adecuado diagnóstico.
Un panorama desolador de la salud pública
Los hospitales en Cuba están al borde del colapso, careciendo de lo esencial para atender a los pacientes. Esta penosa realidad ha llevado a la población a optar por evitar las consultas médicas, sintiendo que sus esfuerzos serían en vano. Un profesor de La Habana ilustra esta degradante situación: “el que va, busca algo que no tardará en morirse”
El impacto de la escasez en la salud
Los problemas en el sistema de salud cubano se ven reflejados en las carencias de infraestructura, recursos y personal. La emigración de profesionales de la salud ha dejado un vacío agravado por la crisis económica. El acceso a medicinas es cada vez más complicado, forzando a muchos a depender de redes informales.
Las condiciones de insalubridad y su relación con la epidemia
La difícil situación actual se ve agravada por la acumulación de basura, la falta de agua y los cortes de electricidad que han propiciado la proliferación de mosquitos, vectores de las enfermedades. “La falta de higiene en los hogares aumenta el riesgo”, advierten desde la OPS.
La situación es crítica; el testimonio de un afectado refleja la desesperación de aquellos que viven en entornos donde incluso es complicado mantener una higiene básica.
Consecuencias a largo plazo
A medida que la epidemia avanza, muchos sobrevivientes se enfrentan a secuelas que podrían perdurar. La experiencia de Hansel es representativa: después de semanas de recuperación, aún siente dolor en sus articulaciones.
La comunidad observa con ansiedad, mientras la incertidumbre acerca de los efectos a largo plazo de estos arbovirus persiste entre la población.
