Este tratado, que lleva casi 25 años de negociaciones, busca establecer una de las mayores zonas de libre comercio del mundo, uniendo a la UE con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Considerado de vital importancia por su impacto económico y geopolítico, su firma se ve amenazada por las preocupaciones de los agricultores europeos respecto a la competitividad de productos provenientes de Sudamérica.

Esperanzas de un Acuerdo en Enero

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su confianza en que el acuerdo se firme en enero. El aplazamiento se debió a solicitudes de Francia e Italia, que pidieron más tiempo para abordar inquietudes del sector agropecuario, según la agencia AFP. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, mencionó que esta postergación fue fruto de conversaciones con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien pidió “paciencia” y aseguró que Italia apoyará el tratado una vez resueltas sus inquietudes internas.

La Reacción de Alemania y Otros Países

Desde Alemania, el canciller Friedrich Merz coincidió en que unas semanas adicionales no son un inconveniente. Anotó que, tras la aprobación de Italia, espera que Francia siga el mismo camino. Von der Leyen calificó el retraso como un “avance” y señaló que se requieren “unas semanas adicionales” para resolver diferencias con ciertos Estados miembros, en asociación con los países del Mercosur.

Desafíos Internos en la UE

Este aplazamiento representa un golpe para la Comisión Europea y países como Alemania, España y los Estados nórdicos que esperaban concretar el acuerdo en los próximos días. Sin embargo, una fuente oficial alemana comentó que la firma ya parece “casi cierta” para mediados de enero. La federación alemana de industria y farmacia (VCI) manifestó su frustración ante lo que considera un “pulso interminable”, vital para reducir la dependencia de los mercados asiáticos.

Protestas y Presion en las Calles

A la par de la cumbre europea en Bruselas, miles de agricultores se manifestaron contra el acuerdo y políticas comunitarias. Según la policía, alrededor de 7.300 personas y unas 50 tractores participaron en una protesta mayormente pacífica. Los manifestantes denunciaron una “competencia desleal” de productos importados del Mercosur, alegando que no cumplen con las normativas ambientales y sociales de Europa.

Maxime Mabille, un ganadero belga, expresó: “Estamos aquí para decir no a Mercosur.” Además, la organización Copa-Cogeca movilizó a 10.000 agricultores de varios países, principalmente de Francia, evidenciando que la presión sobre los gobiernos europeos continuará mientras se decide el futuro del acuerdo.