El Índice FADA, que se dio a conocer recientemente, ha evidenciado una disminución en la participación fiscal sobre las ganancias agrícolas, situándose en el 56,3% para diciembre. Esto plantea importantes interrogantes sobre cómo se distribuyen las rentas en el sector agropecuario. La economista Semadeni explica que la renta agrícola se calcula a partir de los ingresos de los cultivos menos los gastos que incurre el productor en el proceso.

¿Cómo se distribuye la renta agrícola?

Semadeni detalla que la renta obtenida no solo se destina al bolsillo del productor. Un porcentaje significativo se destina al alquiler de tierras y, por supuesto, al pago de impuestos. En el promedio nacional, solo el 16% de la renta agrícola queda realmente en manos del productor, lo que representa una situación complicada para quienes asumen riesgos y invierten en el sector.

Caída de la Carga Fiscal: Nuevas Oportunidades

El análisis también revela que el índice ha disminuido en comparación al trimestre anterior, gracias a factores como el aumento en los precios del maíz y la soja, así como la reciente reducción en las retenciones, aplicada el 9 de diciembre. Esta bajada fue de dos puntos para la soja y el trigo, y de un punto para el maíz y el girasol, dando un respiro a los productores.

Impacto en Precios de Cultivos Específicos

El comportamiento de los precios varía según el cultivo. En el caso del maíz, Semadeni observa que no ha habido mejoras significativas, con un incremento cercano al 4% a nivel internacional. Sin embargo, la soja presenta una particularidad en el mercado interno, donde se están negociando precios superiores a la capacidad de pago teórica, aunque advierte que esta situación no es sostenible a largo plazo.

El Trigo y la Excesiva Oferta

Por el contrario, el trigo enfrenta una disminución de precios debido a la cosecha récord, lo que ha llevado a que el precio pagado se ubique por debajo de lo que debería ser, consecuencia de una oferta excedente en el mercado local.