Myanmar: Una Elección en Medio de la Adversidad
El país asiático se prepara para ir a las urnas por primera vez desde el golpe militar de 2021, aunque las circunstancias desmienten la promesa de un proceso electoral justo.
A medida que se aproxima el 28 de diciembre, Myanmar enfrenta un panorama electoral sombrío: con su antigua líder tras las rejas, el principal partido político disuelto y alrededor de un tercio del territorio en disputa o bajo control rebelde, las afirmaciones de la junta militar sobre la legitimidad de las elecciones son cuestionadas por muchos.
Elecciones Controversiales: La Visión de la Junta
La votación, programada para el domingo, surge casi cinco años después de que los militares tomaran el control del país. En este contexto, los generales están desesperados por legitimar su poder y mejorar su imagen internacional.
La respuesta de la junta ante las críticas ha sido rotunda. Según su portavoz, Zaw Min Tun, estas elecciones se celebran «para el pueblo de Myanmar, no para la comunidad internacional», minimizando así la importancia de la opinión global.
Desconfianza Internacional y Apoyo de China
A pesar del apoyo que la junta recibe de China, que ha visto en estas elecciones una ruta hacia la estabilidad, las naciones occidentales y las Naciones Unidas han calificado el proceso como una farsa. Es evidente que la oposición interna al régimen ha perdido mucha fuerza desde el golpe, aumentando la desconfianza entre la población.
Un análisis reciente muestra que, desde enero hasta finales de noviembre de este año, los ataques aéreos y de drones del ejército han aumentado en un 30% en comparación con el año anterior, golpeando infraestructuras civiles como escuelas y hospitales. Ante este clima de violencia, muchos jóvenes están optando por huir de las zonas controladas por la junta.
Una Realidad Aterradora
La paranoia entre los líderes militares ha llevado a la creación de una ley de protección electoral que penaliza cualquier crítica hacia la votación con penas que van desde tres años de prisión hasta la pena de muerte. Desde julio, más de 200 personas han sido arrestadas, incluyendo a aquellos que simplemente han expresado su desacuerdo en redes sociales.
La Ilusión de una Oposición
Las elecciones incluirán a 57 partidos en la boleta, pero la mayoría son considerados meras extensiones de la junta, limitando la verdadera oposición. Solo seis partidos participarán a nivel nacional, destacando el Union Solidarity and Development Party, que avanza prácticamente sin competencia en numerosas circunscripciones.
Aung San Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), fueron despojados de su estatus tras negarse a participar bajo las reglas impuestas por la junta. Alrededor del 57% de los partidos que participaron en las elecciones de 2020 ya no existen.
Territorio Excluido y Conflicto Persistente
Las zonas excluidas de la votación representan una gran parte del país, reflejando la pérdida de control de la junta. Se ha interrumpido la votación en 56 de 330 municipios, y se estima que un tercio del país no participará en el sufragio debido al conflicto armado continuo desde el golpe de 2021, que llevó a la formación de grupos de defensa populares en años recientes.
La situación ha llevado a algunas especulaciones de que la junta podría ser derrocada. Sin embargo, el respaldo de China ha proporcionado un colchón necesario para que los generales se reagrupen y adapten sus tácticas militares, intensificando sus bombardeos para consolidar el poder en las áreas donde se realizará la votación.
Una Mirada al Futuro
A medida que se acerca la fecha de votación, es evidente que la junta militar está más enfocada en recuperar el territorio que ha perdido que en establecer un nuevo gobierno civil. Los desafíos que enfrenta Myanmar son inmensos y el camino hacia la paz y la democracia se presenta cada vez más complicado.
