La Extraordinaria Historia de Mick Meany: Un Entierro en Vida que Conmovió al Mundo
Mick Meany, un irlandés decidido a desafiar la muerte, se convirtió en el centro de atención internacional cuando decidió ser enterrado vivo. Su historia, repleta de giros inesperados, resalta la búsqueda de reconocimiento y gloria en un mundo que a menudo ignora a los valientes.
Un acto de valentía o locura: En el contexto de su vida apremiante y llenas de sueños, el relato de Mick Meany se adentra en un reto sin precedentes que desbordó los límites de la razón.
El Comienzo de una Historia Inusual
Mick Meany, un hombre nacido en Irlanda, llegó a Londres en busca de mejores oportunidades. Soñaba con convertirse en campeón de boxeo, pero la vida lo llevó por un camino diferente. Un accidente laboral le dificultó la movilidad, y aquí comenzó la creación de una idea insólita: ser enterrado vivo por un récord.
Una Acción Sorprendente
En un giro inesperado, un accidente en su trabajo lo dejó con tiempo para pensar y desafiar la norma. Mientras estaba atrapado bajo escombros, se le ocurrió la macabra idea de establecer un récord de resistencia bajo tierra, superando el desafiante récord de un marinero estadounidense que había estado enterrado durante 10 días.
El Plan Que Cautivó a Todos
Meany compartió su idea en un pub local, y con el apoyo de Michael «Butty» Sugrue, un promotor de eventos, pronto se transformó en un evento mediático. La comunidad irlandesa se unió a su causa, generando un fervor que capturó la atención de medios de todo el mundo.
La Ceremonia de Su Entierro
El 21 de febrero de 1968, Meany llevó a cabo su «última cena» en el pub antes de ser sellado en un ataúd, en un acto que atrajo a multitudes. Acompañado de prensa mundial, se sumergió en la oscuridad de la tierra con solo un crucifijo, libros, comida y su bebida favorita: una cerveza negra.
Los Desafíos de la Vida Bajo Tierra
Sepultado a más de 2 metros bajo tierra, Meany encontró una forma de sobrevivir utilizando tubos de ventilación para el aire y acceso a libros y comida. Sin embargo, fue un desafío gigante que requirió valentía y resistencia extrema.
El Regreso a la Superficie
Luego de 61 días, el 22 de abril, fue desenterrado entre vítores y celebración. Anhelaba alcanzar la fama, y al ser liberado, expresó su deseo de continuar con la proeza, sintiéndose como un campeón.
El Reconocimiento y el Olvido
A pesar de su valentía y hazaña, el Guinness World Records no reconoció su récord, y la promesa de una gira mundial nunca se concretó. Regresó a casa sin fortuna, enfrentando una realidad dura, pero con el eco de su extraordinaria historia resonando por años.
Una Historia que Sigue Viva
En el 2003, su historia resurgió con un documental titulado «Buried Alive/Beo Faoin bhFód«, llevando su legado a nuevas generaciones. A través de los años, su vida ha sido recordada como un testimonio de la búsqueda inquebrantable de la gloria y el reconocimiento.
