Andrés Costamagna, consultor especializado en ganadería, compartió su visión en Canal E sobre la reciente escalada de precios de la carne, discutiendo su efecto en la inflación y el futuro del consumo y la producción en el país.

Un Fenómeno Esperado

Costamagna explicó que el aumento en los precios no es sorprendente. “Antes o después de las elecciones, los precios iban a subir y han alcanzado un pico cercano a las fiestas de fin de año”, indicó. Este patrón no es nuevo en la Argentina: “Generalmente, después de octubre, los precios de la carne tienden a incrementarse”. Sin embargo, la situación actual ha sorprendido a muchos actores del sector, considerando la tendencia de inflación más baja que se había registrado antes.

La Escasez como Factor Clave

El consultor destacó que la clave del fenómeno es la escasez. “Hoy en día, tenemos un producto limitado tanto a nivel local como global, y los consumidores siguen demandándolo”, enfatizó. Esta combinación de alta demanda y oferta restringida está directamente reflejada en los actuales precios de la carne.

Desafíos Estructurales en el Sector Ganadero

Costamagna no dudó en señalar las raíces del problema. “Las políticas públicas de las últimas cuatro o cinco décadas han resultado en una disminución del número de vacas por habitante”, afirmó. Recordó que, cuando él nació, había aproximadamente tres vacas por persona. Actualmente, esa cifra ha caído a solo 1,1.

El especialista reflexionó sobre decisiones cruciales que impactaron la ganadería nacional, mencionando que “en 2006 se prohibieron las exportaciones, provocando la pérdida de 12 millones de cabezas”, con una pérdida adicional de 4.5 millones desde 2021. “La falta de incentivos a la producción lleva a la reducción del stock ganadero y, eventualmente, el aumento de precios”, concluyó.

Cambio en los Hábitos de Consumo

Los altos precios de la carne han llevado a cambios en los hábitos alimenticios. “El cerdo y el pollo se han vuelto opciones más económicas”, advirtió Costamagna, anticipando un aumento en el consumo de estas carnes para 2026, debido a que los salarios no se adecuan al incremento del precio de la carne bovina.

Mirando Hacia el Futuro: Exportaciones y Precios

Respecto a las exportaciones, Costamagna aclaró que “en 2024 exportaremos menos que el año anterior, porque la producción es limitada”. Se estima una caída de unas 900,000 toneladas a aproximadamente 750,000. Además, resaltó que “exportar carne no significa enviar todo el animal al exterior, lo que permite mantener cortes accesibles en el mercado interno”.

Sobre las expectativas a corto plazo, advirtió que “los ciclos biológicos en ganadería requieren tiempo, de dos a tres años”, lo que implica que, durante 2026, probablemente se mantendrán precios elevados. “La recuperación podría ser visible hacia 2027 o 2028”, pronosticó, anticipando un escenario en el que “habrá menor cantidad y precios más altos” en el mercado cárnico.