Luto en la Música: Falleció Daniel Hugo Piazzolla, el Legado de un Maestro
La tarde del 26 de octubre trajo consigo una triste noticia para el mundo del arte: ha fallecido Daniel Hugo Piazzolla, hijo del legendario Astor Piazzolla y Odette Wolff.
Daniel, reconocido músico y productor, fue un pilar en la obra de su célebre padre, dejando su huella en la música argentina. A menudo confundido con su nieto, Daniel «Pipi» Piazzolla, su trayectoria se entrelazó con la de ambos; colaboró tanto en grabaciones como en presentaciones, y se disponía a compartir sus vivencias en un próximo libro autobiográfico.
Un Artista en la Sombra
Con un perfil más discreto que otros miembros de su familia, Daniel dedicó su vida a preservar y honrar el legado del apellido Piazzolla. Forma parte de la historia musical argentina, incluso tocando junto a su padre en el emblemático Octeto Electrónico durante cuatro años. Su colaboración más reciente fue con el documental «Piazzolla, los años del tiburón», dirigido por Daniel Rosenfeld, en 2018.
Un Hombre de Pasiones
A lo largo de su vida, Daniel también mostró su fanatismo por el club River Plate y una profunda conexión con Nueva York, aunque los últimos años los pasó en Villa La Angostura, un lugar que consideraba su hogar. En este pueblo, un cartel con el nombre «Las Tres D» reflejaba el lazo familiar que había tejido: originalmente representaba a su madre, Dedé, y a él, mientras que en la actualidad simboliza a su hija Daniela, su hijo Daniel y él mismo.
Reflexiones y Reencuentros
Su vida estuvo marcada por una compleja relación con su padre. En varias oportunidades, Daniel compartió que estuvieron doce años distanciados debido a diferencias artísticas, específicamente por un desacuerdo sobre las decisiones musicales de Astor. Sin embargo, el amor nunca se extinguió y tuvieron la oportunidad de reconciliarse antes de la muerte de Piazzolla, celebrando incluso el último Día del Padre juntos, quince días antes de su fallecimiento, el 4 de julio de 1992.
Recuerdos de Infancia
En su infancia, las composiciones de su padre exigían delicadeza en el hogar. Recuerda que su madre les pedía a él y a su hermana que caminaran en puntas de pie cuando Astor estaba creando, resaltando el respeto que se le tenía a su arte. “Chicos, nos tocó esto. Es un genio. Tratemos de hacer el menor ruido posible”, solía decir.
