Alerta por Desperdicio de Comida en Argentina: El Llamado del Banco de Alimentos Buenos Aires
En el marco de las fiestas de fin de año, el Banco de Alimentos Buenos Aires lanzó un urgente llamado a la acción sobre el alarmante desperdicio alimentario en el país.
Durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, se estima que cada argentino desperdicia, en promedio, 72 kilos de alimentos al año, alcanzando un total de 1000 millones de raciones que se tiran a la basura. A nivel de hogares, esta cifra asciende a 198 kilos anuales.
Un Desperdicio que Crece en las Fiestas
Fernando Uranga, director general del Banco de Alimentos, advirtió que “el desperdicio en estas festividades se eleva significativamente” y que eventos como estos muchas veces se traducen en excesos en la mesa. ”El festejo puede ser motivo de alegría, pero no a costa de desperdiciar alimentos”, subrayó Uranga.
Las Cifras Impactantes del Desperdicio en Argentina
El desperdicio de comida tiene raíces profundas en la estructura del país. De acuerdo con la Dirección de Agroalimentos, aproximadamente 16 millones de toneladas de alimentos se pierden cada año en Argentina.
Uranga sostiene que “cuando se descarta un alimento apto para el consumo, no solo se pierde la comida, sino también los recursos invertidos en su producción”, resaltando la gran oportunidad que representa recuperar solo un tercio de esos productos para combatir el déficit alimentario.
Las Causas del Desperdicio de Alimentos
El desperdicio comienza en la producción agrícola y persiste a lo largo de la cadena de distribución. En los hogares, las principales causas incluyen la conservación inadecuada, el exceso de preparación, y los vencimientos anticipados. Las frutas y verduras son las más perjudicadas, con un 77,2% de los hogares admitiendo que las desperdician.
Propuestas para Reducir el Desperdicio
La cocinera sustentable Laura Di Cola, colaboradora del Banco, destacó que “hasta un 30% del desperdicio se debe a una mala planificación y almacenamiento”. Con ajustes simples en la cocina, las familias pueden reducir sus desechos en un 25% a 40%. La educación alimentaria desde la infancia es crucial para generar un cambio cultural.
Uranga coincide en que una organización adecuada del almacenamiento puede marcar la diferencia. “La manera en que organizamos el heladera y consumimos los alimentos puede contribuir a minimizar el desperdicio”, afirmó.
El Impacto Económico y Ambiental del Desperdicio
Frente a la creciente presión económica y ambiental, el Banco de Alimentos enfatizó que reducir las pérdidas no solo alimenta a los hambrientos, sino que también previene el desperdicio de agua y energía, al tiempo que disminuye las emisiones nocivas. “Cada alimento descartado tiene un impacto económico y ambiental significativo”, explicó Uranga.
Iniciativas en Marcha
En lo que va de 2025, el Banco ha recuperado más de 6.100 toneladas de alimentos, con la meta de alcanzar las 7.000 antes de fin de año. Esta labor se realiza a través de una red de 1.280 organizaciones sociales en el Área Metropolitana de Buenos Aires. “El trabajo de los voluntarios es fundamental para que los alimentos lleguen a quienes más los necesitan”, subrayó Uranga.
Propuestas de Políticas Públicas
Uranga propuso implementar una ley de doble etiquetado similar a la de otros países, que permita a los consumidores aprovechar los productos más allá de su fecha de caducidad. “Este tipo de políticas son esenciales para crear conciencia y reducir el desperdicio”, concluyó.
