La historia de Liam Portillo: Un joven argentino atrapado en un infierno en Etiopía
Encarcelado en una prisión de máxima seguridad a más de 11,000 kilómetros de casa, Liam Portillo comparte su angustiante historia de inocencia, engaño y resiliencia.
Un viaje que se tornó en pesadilla
«Lo peor ya pasó. Estoy agotado, pero trato de encontrar fuerzas donde no las tengo», reflexiona Liam Portillo (28). Desde hace 32 meses, este joven argentino cumple una condena de 7 años por tráfico de cocaína en Etiopía, específicamente en la infame cárcel de Kaliti, conocida por sus terribles condiciones.
Un inocente atrapado en una trampa
Liam asegura ser inocente y expone que fue víctima de una trampa. “Me usaron como mula sin que yo lo supiera”, cuenta sobre el momento fatídico de abril de 2023, cuando le entregaron un maletín para embarcarse hacia Malasia, ignorando lo que realmente contenía.
De una vida prometedora a la desilusión
Antes de su arresto, Liam llevaba una vida normal en Ciudad Evita, donde trabajaba como docente y ayudaba a niños en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, la ambición de crecer y mejorar su situación lo llevó a un aviso de trabajo sospechoso que encontró en Facebook.
Conexiones peligrosas y decisiones equivocadas
El anuncio pertenecía a una empresa llamada Global Finanzas, dirigida por Juan Daniel Paolino y Geraldine Gessy Samaniego, quienes usaron identidades falsas. Liam se postula con la esperanza de un futuro mejor, sin imaginar que estaba entrando en una red de narcotráfico.
Desenmascarando la verdad
Recientemente, el Tribunal Oral Federal N° 4 de San Martín condenó a Paolino a seis años de prisión por organizar actividades ilícitas. Mientras tanto, Samaniego enfrenta una suspensión en su juicio por problemas de salud mental.
Adaptación y crecimiento en condiciones extremas
La prisión ha sido un proceso de transformación. Liam admite que “el dolor y la rabia” lo abrumaban al principio, pero aprendió a hacerse responsable de sus decisiones: “Me dejé engañar. Estaba convencido de que iba a volver a casa en dos semanas; nunca pensé que esto pasaría”.
Un vistazo a la vida dentro del penal
En su extraño día a día, Liam destaca que su alimentación es una de las mayores dificultades: arroz es su comida principal desde hace tres años. Aun así, ha encontrado maneras de mantener la mente activa, estudiando y aprendiendo idiomas.
Superando las adversidades
La lucha interna de Liam se intensifica por la culpa que siente no solo por su situación, sino también por el impacto en su familia. “Estoy solo. Sin familia ni amigos, he tenido que endurecerme y enfrentar mi realidad.”
Un futuro esperanzador
A pesar de la desolación, Liam sueña con un camino hacia el éxito. Su objetivo es convertirse en profesor de inglés y estudiar Derecho una vez recupere su libertad. “Aprendí el valor de cada pequeño detalle en la vida. Sueño con crear comedores y fundaciones que ayuden a otros», comparte con optimismo.
Manteniendo la esperanza
Tras casi tres años de encarcelamiento, Liam advierte que su mayor lucha es consigo mismo, reflexionando sobre su fortaleza interior: “No esperaba ser tan resiliente». Este valor lo empuja a seguir adelante, con la esperanza de transformar su experiencia en algo positivo.
