¡Celebra estas Fiestas con una Navidad Desconectada!
Este año, te invitamos a redescubrir el valor de la presencia real en familia. Con una «Navidad Desconectada», dejemos las pantallas a un lado y aprovechemos la conexión humana.
En un mundo donde los dispositivos electrónicos nos mantienen físicamente juntos pero emocionalmente distantes, surge una propuesta renovadora: la «Navidad Desconectada». Esta idea invita a las familias a priorizar la interacción cara a cara sobre la virtual.
El «phubbing», o hacer caso omiso a alguien por estar pendiente del teléfono, se ha vuelto común en reuniones familiares. Esta práctica puede derivar en ansiedad y vacío emocional, afectando en particular a niños y jóvenes.
La importancia de reconectar
La psicopedagoga Mariana Savid Saravia, especialista en Ciudadanía Digital, subraya la necesidad de una «desconexión humana». Según ella, «la tecnología ha generado una desconexión profunda, especialmente perjudicial para el desarrollo de las nuevas generaciones».
Redefiniendo nuestras fiestas
La idea no es rechazar la tecnología por completo, sino adoptar un «reseteo digital» que nos permita reconectar con lo esencial. Savid propone cambiar regalos tecnológicos por alternativas que fomenten el encuentro y la diversión en grupo, especialmente juegos de mesa que fortalezcan habilidades sociales y emocionales.
Eligiendo juegos de mesa
Para los más pequeños, entre 4 y 8 años, resalta Fonoloco, un juego que estimula habilidades fonológicas a través de la diversión. Para los de 7 a 12 años, recomienda 1001 Historias, que incentiva el desarrollo del lenguaje y la creatividad.
Los adolescentes y adultos también pueden disfrutar de opciones como SoulTalk, que promueve conversaciones significativas, o Carcassonne, ideal para quienes desean activar su pensamiento estratégico.
Literatura compartida
Además de juegos, Savid sugiere libros para diversas edades. Para niños, obras de Magela Demarco que abordan temas de empatía y superación. En el caso de los adultos, sugiere títulos que tratan sobre resiliencia y crecimiento personal.
Un pacto de desconexión
La propuesta incluye iniciar «un pacto familiar»: dedicar al menos dos horas diarias a la desconexión digital. Este ejercicio permite reencontrarse con la creatividad y fortalecer los lazos afectivos.
Como apunta Savid, «elegir lo analógico frente al digital es un acto consciente». A través de este enfoque, lograremos no solo disminuir el uso de dispositivos, sino también encender las conexiones que realmente importan.
Un llamado a la conexión real
Apaguemos las pantallas para encender la empatía. Al suspender las notificaciones, generamos espacio para compartir historias y momentos significativos. Que estas fiestas nos ofrezcan la oportunidad de estar menos conectados a Internet y más unidos como familia.
