Con un estrecho margen de tiempo, el Senado aprobó el Presupuesto 2026, lo que permite al oficialismo cumplir uno de los compromisos clave establecidos por el presidente Milei. Desde la residencia de Olivos, el líder argentino supervisó con atención el desarrollo de la sesión, combinando su enfoque en las decisiones legislativas con las negociaciones llevadas a cabo por su equipo.

Una jornada de intenso diálogo político

A pesar de su decisión de evitar intervenciones en la política rutinaria, Milei se mantuvo al tanto de cada movimiento en el Senado. Durante la semana, había planeado su asistencia al Foro de Davos 2026, programado del 19 al 23 de enero, acompañado por su canciller, Pablo Quirno. En ese contexto, se comprometió a asegurar la aprobación del proyecto en curso, a pesar de que algunos artículos, como el controvertido capítulo 11, fueron rechazados por la oposición en la Cámara Baja.

Reflectores sobre el artículo 30

Uno de los puntos más debatidos fue el artículo 30, que eliminaba los mínimos de financiación para sectores como educación, ciencia y tecnología. Los senadores de la Unión Cívica Radical manifestaron su oposición, lo cual llevó al excitable debate a un nuevo nivel y obligó al oficialismo a buscar conciliación.

La estrategia detrás del liderazgo

El ministro del Interior, Diego Santilli, lideró las negociaciones con el apoyo de Patricia Bullrich, presidenta del bloque violeta. En paralelo, Carlos Guberman, secretario de Hacienda, se ocupó de los aspectos técnicos del presupuesto. A pesar de rumores sobre la intervención de Santiago Caputo, fuentes cercanas al oficialismo afirmaron que Bullrich fue la principal figura en estas alianzas.

Planeando el futuro: la ley de modernización laboral

Con la mirada puesta en los próximos meses, el Gobierno de La Libertad Avanza ya está trazando planes concretos para extender el periodo de sesiones extraordinarias, aprovechando un decreto que se emitirá antes de la finalización del año. El objetivo es sancionar la ley de modernización laboral, cuya discusión ha sido pospuesta hasta el 10 de febrero debido a la falta de consensos.

Los líderes dentro del oficialismo anticipan que, hasta entonces, se podrían introducir modificaciones en el texto, especialmente en relación a las cuotas solidarias impuestas a los sindicatos. Esta situación ha generado tensiones con sectores sindicales, particularmente con la CGT, que alertan sobre la urgencia del debate.

Además, se ha señalado que mantener el actual sistema de financiación sindical podría ser una opción atractiva para el sector empresarial. Mario Grinman, líder de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), ha expresado que cualquier ajuste en este sentido debería considerar las necesidades tanto del gremialismo como del empresariado.