Las dietas más locas

Cuando la misión es adelgazar, creemos que cualquier recurso vale. Incluso, estas 10 loquísimas y originales dietas que, aparentemente y contra todo pronóstico, ¡funcionan! Hay que consultar a un médico si se decide cambiar la alimentación o seguir un régimen de menos de 1.200 calorías por día. Misión: adelgazar. Recurso: ¡cualquiera! Cuando de bajar algunas tallas se trata, las mujeres podemos convertirnos en auténticas kamikazes. Somos capaces de probarlo todo, incluso estas 10 extrañas y originales dietas que, aparentemente, funcionan. Elige tu propia aventura. La dieta de las galletas. El nombre me atrae, ¿puedo comerlas hasta hartarme? Estoy por abrir un paquete cuando leo que se trata de galletas especiales, fortificadas con proteínas y otros nutrientes que quitan el apetito. Las pruebo. No son tan azucaradas como las de la abuela, pero bien vale la pena el intento, ¿no? Al menos es la única dieta que conozco que resuelve el problema del antojo por algo dulce, mismo que ataca con virulencia cuando decidimos ponernos a dieta. La dieta del sueño. Es un planteo loco, pero válido. Si dormimos, ¡no comemos! Aparte, está comprobado que pasar suficientes horas en los brazos de Morfeo, reduce la compulsión a devorar. La Dra. Caroline Apovian, autora del libro The Overnight Diet, explicó para ABC News que los atracones provienen de la falta de sueño, que dispara la hormona del hambre. Esta parece una dieta “posible”, sin ingredientes exóticos. Solamente necesitamos una cama, una almohada y, claro, una vida que nos permita descansar 8 horas (un lujo hoy en día). La dieta del pis. Es la más desagradable de todas. Consiste en inyecciones de una hormona que se extrae de la orina de mujeres embarazadas. Tienes que estar realmente comprometida con el objetivo para llegar tan lejos. ¿Estás dispuesta a aguantar el dolor y a cumplir una dieta de 500 calorías diarias? Mmm… demasiado sacrificio para mí. El único punto a favor es que al menos no necesitas beber la orina. Sin embargo, una dieta con tan poco aporte calórico ¡puede ser riesgosa! La dieta paleolítica. Métete en la máquina del tiempo y retoma la dieta de nuestros antepasados cavernícolas, basada en carne, pescado, nueces, frutas y vegetales. Cero comidas procesadas, cero pastas, cero legumbres. ¿Pro? Es un régimen sencillo. ¡Imagínate las horas que nos ahorraríamos en cocinar y pensar el menú! ¿Contra? Es demasiado caro comer carne todos los días. La dieta del aire. La dieta de Les Misérables… Miserable es el francés que inventó este régimen tan cruel. La premisa es para qué comer cuando puedes pretender que comes. Cocinas, te sirves el plato, te sientas a la mesa, te llevas el alimento a la boca y SIMULAS que lo tragas. De esta forma, dicen, engañas a tu estómago, que “cree” estar repleto. Luego, bebes una sopa de agua con sal. “¡Esto no es siquiera una dieta!”, concluye Mel Thomassian, autora de diet-blog.com. La dieta del olfato. Es parecida a la del aire, aunque ésta tiene un poco más de sentido. Debes llevar en la cartera aceite de pomelo y, cuando te pique el hambre, acercártelo a la nariz para sentir su aroma. Con una dieta saludable y ejercicio, este truco para matar el apetito aparentemente sirve para adelgazar. ¿Cuál es la explicación científica? Prueba masticar y “oler” el alimento al mismo tiempo, y verás que te sientes más satisfecha y, por ende, comes menos. “Está demostrado que el aroma retronasal aumenta la saciedad. Cuanto más lentamente degustemos un alimento, más sentiremos sus aromas y más nos saciará”, asegura a Yahoo! la nutricionista argentina Mónica Katz. La dieta de los colores. La moda del color-bloc, ¡hasta en la sopa! Este régimen tan in, consiste en comer vegetales y frutas blancas un día, rojas al siguiente, luego verdes, naranjas y amarillas, hasta llegar a la séptima jornada, en la cual combinas todos los colores. “Comer una variedad de frutas y vegetales es la mejor protección contra las enfermedades”, asegura Navindra Seeram, directora del Labora