Mujica recibió a Télam en su casa de las afueras de Montevideo y destacó la “importancia” que tiene hoy la relación bilateral entre Uruguay y Argentina, al que calificó como “un gran país, formidable”. “He pagado mucho costo interno por ponerme al hombro la mochila de las relaciones bilaterales. Pero yo defiendo a muerte la relación con Argentina. Voy a batallar y pagaré el precio que sea”, reconoció. El mandatario, de 78 años y en la presidencia de Uruguay desde el 1 de marzo de 2010, planteó además una serie de luces y sombras que ha atravesado hasta ahora la integración regional, y propuso como central que los países de la región profundicen esos vínculos porque «si fracasamos estaremos vencidos, pulverizados”, advirtió. “No es mucho lo que se ha hecho”, juzgó Mujica sobre la Presidencia pro témpore del Mercosur que Uruguay le entregará el 12 de julio a Venezuela en la próxima Cumbre de Presidentes del bloque, en Montevideo; y en esa línea, destacó que lo avanzado “es más por las relaciones bilaterales entre las presidencias que por la mecánica del bloque”. Dentro de los avances logrados en esta etapa, Mujica destacó que los países miembro del bloque regional hayan acordado una claúsula “para el reingreso automático de Paraguay cuando se produzca su cambio de autoridades”, lo que ocurrirá cuando el presidente electo, Horacio Cartes, asuma el próximo 15 de agosto, tras la suspensión con que el bloque sancionó a Paraguay en 2012 por la destitución de Fernando Lugo. También apuntó avances en la integración con Brasil y “los acuerdos” logrados para la navegabilidad del Río Uruguay junto a la Argentina, pero Mujica consideró que “uno de los grandes desafíos” para la integración será cómo pararse frente a China. “La competitividad exportadora de China es irresistible para nuestro bloque. A los elefantes no se los puede detener”, expresó el mandatario, y por eso convocó a sus pares del Mercosur a “pensar estratégicamente qué hacemos con China”, al que Uruguay le vende cerca del 20% de sus exportaciones y que en un futuro cercano se convertirán en el 30%, pronosticó Mujica. “Creo que hay espacio para negociar fuerte con los chinos, pero una cosa es si vamos como Mercosur y otra si vamos todos separados, por la nuestra”, estimó el mandatario, que a fines de mayo realizó una gira de cinco días por el gigante asiático. Además, Mujica consideró que en ese escenario “es muy importante” el planteo hecho por Bolivia y Ecuador para sumarse como socios plenos al bloque, y aventuró que “luego vendrán muchos más”. El mandatario planteó sin embargo que “un proceso de integración es mucho más que relaciones comerciales”, y consideró que debería concebirse al bloque como “una gran cadena de producción, en la que una fábrica se instale aquí para hacer un producto, luego otro en un vecino y desde ese país exportar a un mercado que hoy ya somos más de 200 millones de posibles consumidores”, resaltó. “Los procesos de integración tienen que servirle a la gente”, lanzó. En esa dirección, llamó a los demás miembros a “mirar el enorme mercado interno potencial que tenemos” y estimó que “si bien hubo avances notables, aún tenemos 200 millones de pobres en América Latina”. “El punto de arranque que tuvimos fue que es el continente más injusto que hay arriba de la tierra. Ha sido muy inequitativo, y hay una deuda social muy fuerte todavía. Que hayamos avanzado muchos no quiere decir que lo hayamos resuelto. El problema existe. Y si viene una crisis no sabemos si no hay sectores que han quedado en el límite, que no vuelven a caer en la pobreza”, afirmó. En este punto, el mandatario señaló que el interés de acercarse a la Alianza del Pacífico es acotada, y que Uruguay «no será más que miembro observador» del bloque comercial que integran Chile, Perú, Colombia y México, dijo. «No podemos violentar el Mercosur», definió el mandatario, ratificando la postura oficial de su país luego de que el vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, planteara su preferencia po
Mujica: «Mi relación con la Argentina la defiendo a muerte»
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