En ocasiones el hombre es capaz de provocar catástrofes de tal magnitud que destruyen por completo el lugar donde vive. Sus habitantes se ven obligados a buscar un nuevo hogar y dejan tras de sí auténticas ciudades fantasma, testigos mudos de la destrucción humana. Prípiat: Esta ciudad de Ucrania, cercana a la frontera con Bielorusia es hoy una ciudad fantasma. El hecho que motivó que sus habitantes tuviesen que abandonarla a toda prisa fue la explosión del reactor número 4 de la Central Nuclear de Chernóbil, ocurrido el 26 de abril de 1986. La radiación liberada por el accidente alcanzó rápidamente la localidad, que había sido fundada en 1970 y se encontraba a tan solo tres kilómetros de la central. Tres días después del desastre, el Ejército Soviético se encargó de evacuar a todos los habitantes de esta desafortunada ciudad. Centralia: En 1991 esta localidad del estado norteamericano de Pennsylvania contaba con más de un millar de habitantes. En 2010, su población apenas alcanzaba la decena de personas. En 1962 se declaró un pequeño incendio en el vertedero local que pronto se extendió a una veta de carbón y, desde ahí, a todas las minas que recorren el subsuelo del pueblo. Desde entonces, todos los intentos de extinguir el fuego han sido inútiles y los accidentes se han ido sucediendo con el paso de los años. Los únicos indicios del fuego, que se encuentra a 1.600 metros bajo la superficie, son algunas chimeneas subterráneas que expulsan humo en el sur del municipio o en la Ruta 61. Esta vía tuvo que ser cerrada en la década de los 90, después de que aparecieron varias grietas en el asfalto. Los expertos calculan que la mina contiene suficiente carbón para arder durante 250 años más. Las Islas Carteret: Los 2.600 habitantes de este archipiélago formado por varios pequeños atolones de coral cercanos a las costas de Papua New Guinea tuvieron que ser evacuados de sus casas en 2009, por culpa del cambio climático. El punto más alto de estas islas del Pacífico Sur se encontraba a tan solo 170 centímetros sobre el nivel del mar, pero debido al deshielo de los casquetes polares el mar ganaba cada vez más terreno a las islas. Si el agua sigue subiendo a la misma velocidad, las islas se sumergirán por completo en 2015. Wittenoom: Esta pequeña localidad del oeste de Australia es el escenario del mayor desastre industrial en la historia del continente. La ciudad nació para dar cobijo, junto con sus familias, a los miles de trabajadores de una mina de amianto cercana. Durante más de 20 años, sus habitantes respiraron un aire cargado de partículas tóxicas, hasta que en 1966 el pueblo fue abandonado. A pesar de ello, los efectos aún perduran y esta zona de Australia posee la mayor tasa de cáncer por habitante. Picher: Al igual que Wittenoom, esta localidad de Oklahoma es una ciudad fantasma por culpa de la actividad minera. En este caso, la contaminación procedía de los yacimientos de zinc de la zona. Estudios realizados a mediados de los años noventa revelaron que un tercio de los niños que vivieron allí habían incrementado altamente sus niveles de plomo en sangre, por lo que en 2009 la ciudad fue abandonada. Fuente: http://www.abc.es/20120403/medios-redes/abci-lugares-abandonados-hombre-201204031050.html
Los lugares que el hombre se ha visto obligado a abandonar
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