Mi ex me dejó ciega a golpes
«Me dejó ciega a golpes, no le bajen la pena», pidió Susana Gómez en el petitorio de firmas de Change org, en el que incluye un breve resumen de su vida. La mujer expresa: «soy Susana, tengo 32 años y 4 hijos, hace 5 años mi ex marido me dejó ciega a los golpes. Apoyame con tu firma para que la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires no le baje la pena a mi agresor». El 25 de abril de 2011, la argentina Susana Gómez se atrevió a huir del infierno en el que vivió durante casi una década. “Mi hijo mayor me guió hasta la casa de mi mamá, porque yo no veía”, recuerda Gómez en una entrevista con EL PAÍS. Hace un mes, la Justicia dejó firme la condena a ocho años de cárcel contra su exmarido, Carlos Ariel Goncharuk. “Si hoy lo puedo contar es por María Pueblo, si no yo iba a ser una de tantas mujeres muertas”, asegura. “Si vos hacés la denuncia, esperás que te acompañen, no que te digan ‘volvete’ y no te ayuden. Eso fue lo que me pasó. La Justicia permitió que Goncharuk hiciera lo que hizo, me dejó ciega a golpes”, dice Gómez. La primera denuncia fue en 2003. “Hasta entonces me había maltratado verbalmente, pero uno a veces lo deja pasar y no quiere ver lo que está pasando. Pero cuando me dio un cachetazo (bofetón), me asusté. ¿Cómo vas a pensar que tu pareja te dé un cachetazo? Por ahí un insulto, un grito, pero un cachetazo asusta. Ya tenía a mi nene más grande, que era un bebé, y ahí empezó todo”, señala. En julio de 2010, un juzgado de La Plata notificó a Goncharuk que había sido denunciado por violencia de género. Furioso, fue hasta su casa. “Hija de mil putas, me volviste a denunciar”, le gritó. “Me agarró y me dio una paliza. Me dio trompadas a la cabeza contra la pared, me pateó y me tiró al piso”, recuerda. Ese ataque derivó en un “múltiple traumatismo craneal y doble desprendimiento de retina”, una lesión irreversible que la dejó ciega. “Sé que no es poco estar viva, pero no veré nunca más. Tengo cuatro chicos y es muy duro saber que nunca más podré verles las caritas». Por ese motivo, cree que el Estado es también responsable por no haberla escuchado y auxiliado, y prepara un juicio en su contra para el año que viene. “Las mujeres denuncian y no pasa nada. Diré las veces que haga falta que la justicia es también una asesina de mujeres”, opina, con el rostro endurecido. “El daño que me hicieron no me lo va a sacar nadie. Pero espero que haya un giro en la sociedad y que otras mujeres que son golpeadas tengan ayuda cuando la pidan”.