Según señalaron los expertos, la neblina consiste en la suspensión de muy pequeñas gotas de agua en la atmósfera, de un tamaño entre 50 y 200 micrómetros de diámetro, que reducen la visibilidad horizontal a una distancia de un kilómetro o más.
La única diferencia entre neblina y niebla es la intensidad de las partículas, que se expresa en términos de visibilidad: si el fenómeno da una visión de 1.000 metros o menos, como en el día de hoy, es considerado como niebla; y si permite ver a más de 1.000 metros, el fenómeno es considerado como neblina.
Visto a la distancia, además, la niebla es más blanquecina.
Los expertos agregaron que la neblina como la bruma hace visibles los rayos solares, por el contrario, la niebla debido a su alta densidad de partículas no y literalmente “no se ve nada”.
En conclusión, la neblina y la niebla son nubes a ras de piso con finísmas gotas de agua en suspensión y de acuerdo con la visibilidad que esta permita es la denominación que le cabe al fenómeno meteorológico.
Fuente > infobae.com