Fracasos matrimoniales vs Separaciones exitosas

Fracasos matrimoniales vs Separaciones exitosas

Es moneda corriente  recibir  en nuestro Centro de Atención Psicológica, matrimonios que tienen mala relación entre ellos, que ya no se tienen amor desde hace mucho tiempo, que discuten delante de sus hijos, se faltan el respeto en muchos casos, pero aun así continúan juntos. No se animan a pensar en la separación,  pero ¿por qué razón?… POR LOS CHICOS ¿Cuántas veces lo escuchaste? Seguramente en varias oportunidades, quizás conozcas un caso de cerca o hasta estés atravesando esta situación.

Como profesional, es nuestra responsabilidad ser lo más claro posible con los pacientes que nos consultan; la gran mayoría acuden en un estado de angustia que los desespera, los acompaña una sensación de no saber qué hacer, de no saber para qué lado correr. Nuestra misión será acompañarlos a transitar este periodo de muchísima turbulencia emocional, extremo cansancio mental y agotamiento físico. Como sabemos, lo emocional va de la mano de lo físico, con lo cual, empezamos a dormir mal, comer pésimo y al estar vulnerables corremos el riesgo de enfermarnos, etc.

A modo de consulta los pacientes nos preguntan, si la separación será para sus hijos algo traumático  que los acompañará el resto de su vida. Nosotros los terapeutas, les explicamos que lo traumático no es tener padres separados, sino que lo traumático es que vivan peleas, situaciones violentas, que un padre hable mal del otro, mentiras, ocultamiento, agresiones físicas o verbales. O utilizar a los hijos como botín de guerra. Los niños quedan totalmente indefensos y expuestos.

Todas estas situaciones generan una marca indeleble, lo que los psicólogos llamamos un trauma, que acompañará al niño a lo largo de su vida. Por eso, recalcamos que es importante hacer de la separación un hecho que perjudique lo menos posible al niño. Pero ¿Cómo hacerlo? Acá encontraras claves que te ayudaran en este proceso.

 

 Derribando mitos. “Estamos juntos por los chicos”. Es una trampa mortal. Esta decisión  tiene consecuencias MUY NEGATIVAS para tus hijos que podría acarrearles problemáticas a largo plazo. Porque por más buenos actores que seamos dentro de casa, inconscientemente, se genera un clima de resentimiento, de hostilidad, un clima como decimos que “se corta con cuchillo”. Los chicos, que no son tontos, a la larga o a la corta perciben esto y es peor.

Entonces  queriendo hacer un terrible esfuerzo en “pro” de un beneficio para nuestros hijos, les terminamos haciendo daño justamente buscando lo contrario. Un daño muchas veces irreparable. Sin vuelta atrás.

No sirve hacer demasiado esfuerzo en sostener una relación que no avanza y que seguramente no es la que habíamos soñado para nosotros. Entonces dejemos en claro esta idea: lo importante no es que mi papa y mi mama estén juntos (a pesar de todo), tener hermanito y perro y gato.  Esta no es la receta universal de la felicidad infantil.

Cuantas veces oímos “se llevan mejor separados que cuando estaban juntos”. Quizá esta sea la fórmula para tu familia: lograr el bienestar de cada uno de los padres y por consiguiente, de los hijos, aunque estén separados. Cuando nuestros hijos nos ven bien, alegres, disfrutando de cada cosa que hacemos, ellos también lo están. Son como un espejo en el cual nos podemos mirar. Pero OJO! El espejo puede estar empañado cuando negamos una posible separación.

 

Felizmente divorciados o exitosamente separados, uno como mama o papa deberá intentar armar una vida familiar donde lo que reine es:

La armonía: los chicos no son testigos de  situaciones agresivas físicas ni verbales ni son objeto de maltratos

La contención: se sienten seguros para poder confiar en los adultos, sabiendo que siempre se los va a ayudar y a guiar

La confianza: se genera una comunicación abierta y fluida

El respeto y la tolerancia: se aceptan las  diferencias de ser y de pensar, se discute  constructivamente y se generan acuerdos entre los adultos responsables

La coherencia: tiene que haber  una relación  lógica entre lo que se dice y se hace,  el ejemplo clásico es cuando hacemos mentir a nuestros hijos, “decile a la tía que no estoy” y después nos sentimos desilusionados porque nuestros hijos nos mienten

La disciplina: para cada acción hay una reacción, tiene que quedar bien establecido  lo que no está permitido y las consecuencias de no seguir estas normas , así como también estimular y motivar a nuestros hijos a que desarrollen maneras adecuadas de comportarse

 

Estas cualidades vinculares  hacen la diferencia y son  independientes de si estamos casados, separados, somos viudos o papas solteros.

 

Entonces: Coherencia, Respeto, Disciplina, Tolerancia, Confianza, Contención, Armonía, serán indispensables si queremos en el futuro lograr que nuestros hijos sean personas amorosas que puedan tener  vínculos sanos.

 

Hijos no es igual a Dinero. Cuando la separación se lleva a cabo, generalmente aunque no haya divorcio legal, se estipula entre los padres cierta “división de bienes” y ahí suelen entrar los hijos. Los hijos no son ni un bien ni un objeto y por lo tanto no deberían entrar en la lógica de la división de bienes.

A los chicos hay que escucharlos, tenerlos en cuenta, y ofrecerles nuestra atención. Es la única forma de hacerlos sentir bien consigo mismos y fundamentalmente que no crezcan con el sentimiento de ser los culpables de la separación de sus padres.

 

La mama de Martina de 5 años, consulta porque hace un mes que se separo del  papa de la nena. No se hablan, y si lo hacen es en muy malos términos. ”Estamos  con  mi ex en plena guerra campal” tal como lo menciona la mama.

Laura,  la mama, se pasa las sesiones iniciales hablando de su ex, del papa de la nena: de la plata que no le pasa,  de los fines de semana que no se la quiere llevar, de que cree que esta con una chica más joven. Laura habla de dinero, de fines de semana, de otra mujer. Pero será importante direccionar la mirada: Martina. ¿Quien habla con esta nena? ¿Alguien le explico lo que está pasando? ¿Sabe la mama como se siente su hija? ¿Quién escucha a Martina?

Luego de algunos encuentros  en el consultorio, surgen varias cuestiones: Martina siente que se porto mal, que algo hizo y por eso su papa se fue de la casa. Se siente culpable.  Tiene miedo: “Me da miedo que mi papa la dejo de querer a mi mama y ahora me deje de querer a mi también”.

 

Los chicos, son grandes sabios, y nos enseñan todos los días grandes cosas. Simplemente hay que tenerlos en cuenta , saber generar espacios de confianza , que sientan que pueden hacernos las preguntas que necesiten , que pueden decirnos lo que sienten que no van a ser sancionados , ni burlados.

Si bien en muchos casos no es posible explicar claramente las causas de la separación, SIEMPRE es necesario que los hijos sepan que ellos no fueron  los causantes  y que entre los adultos pasan cosas que solo entienden los adultos. Eso sí, siempre, de acuerdo a la edad del chico, necesitan una explicación. No de los por qué, pero si decirles que es lo mejor para todos, que los papas nos separamos porque creemos que es para que todos nos podamos sentir y llevar mejor.

Siempre hay que tener  en cuenta que las palabras nos acercan, y que los silencios  y las mentiras generan distancia y nos destruyen. Con lo cual nunca dudes en hablar y escuchar a tu hijo, en explicarle de forma acorde a su edad las situaciones por las que atraviesan como familia.

Los niños que presencian violencia, mentiras, discusiones, etc., son niños que sin duda creerán que son los culpables de la separación. Y si a esto le sumamos confusión o silencio en cuanto a los motivos, esto da como resultado una bomba explosiva. La explosión la llevan a cuestas los niños que recibimos en el consultorio con problemas de conducta, problemas de aprendizaje, adicciones, trastornos de la alimentación, problemas de sociabilidad, y podríamos seguir ya que la lista es interminable, debido a que cada niño es capaz de armar un síntoma distinto.

La tarea del psicólogo. Es importante consultar a un especialista que ayude a generar una nueva organización. Incorporar en la medida que sea posible la menor cantidad de cambios. Días y horarios preestablecidos. Hacer las cosas de forma predecible les da a los chicos una sensación de tranquilidad. Saber lo que va a pasar. Ya que para ellos la separación es algo que viene a generar disrupción y no tienen idea de que se trata. Hay que explicarles y organizarles una nueva rutina, estructurada, y cumplirla a raja tabla. Intentar los primeros 6 meses realizar la menor cantidad de cambios.

Sera fundamental recordar que: así como una familia no se arma de la noche a la mañana, lleva tiempo y paciencia, tampoco se desarma de la noche a la mañana. Es un proceso y como tal tiene sus tiempos. Por eso, es necesario estar acompañados y contenidos. Y hay que desmitificar que solamente se pide ayuda a un terapeuta de pareja o familia para reconstituir el vínculo. También se puede consultar para ayudar a separarse de la manera más exitosa. De la mejor manera y que no se vean afectados  o que sean lo menos posible los hijos.

Los terapeutas que acompañamos a los niños con sus dificultades, trabajamos con juegos, dibujos, armado de historias, donde en tercera persona los ayudamos a que puedan desplegar lo vivido en el ámbito familiar que actualmente los pone tristes o los angustia. De esta manera permitimos elaborar de una manera más sana las situaciones que les toca transitar.

También es importante que puedan contar con una persona neutra, donde el niño o adolescente se sienta cómodo y sienta que ese otro está dispuesto a escucharlo. Y que sienta confianza como para poder preguntarle o consultarle determinadas cuestiones que con sus padres no puede o no se anima. A veces los padres se encuentran tan  desborrados por la separación que no pueden contener o no saben de qué manera conectarse con sus hijos.

 

Para recordar “Lo traumático no es la separación en sí, sino la manera en que se lleva a cabo.”

                                                                                                  Lic. Valeria Pereira y Lic. Celeste Campano

PERFIL

La Lic. Valeria Pereira es Psicóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires. Con una experiencia de mas de 10 años se especializa en Niños y Orientación a Padres. Además, organiza talleres en escuelas y colabora en programas televisivos de actualidad. Contacto: licpereira@gmail.com, www.facebook.com/licvaleriapereira

La Lic. Celeste Campano se recibió de psicóloga en la Universidad de Buenos Aires. Es terapeuta cognitivo conductual, especializada en discapacidad, niños y entrenamiento para padres. Cuenta con formación en Lenguaje de Señas y Sistema Braille. Además, escribe para diversas revistas de psicología. Contacto: celestecampano@hotmail.com, celeste.campano.7@facebook.com

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