El debate se desató luego de que el presidente Barack Obama le dijera al diario New York Times a comienzos de esta semana que la elección del sucesor de Bernanke se había reducido a «algunos candidatos extraordinariamente calificados», y que el próximo titular de la Fed será alguien que adopte el doble mandato de promover la estabilidad de precios y el pleno empleo. «Pueden anticipar que en los próximos meses se realizará el anuncio», declaró Obama, aunque no dio detalles sobre la fecha precisa. No obstante, según una fuente del gobierno de EEUU citada por la agencia Bloomberg, el anuncio llegaría antes de septiembre, tres meses antes de que Bernanke deba abandonar oficialmente el sillón al frente de la Fed, cuyo mandato vence en enero próximo. Si bien Bernanke no se ha manifestado públicamente sobre su eventual continuidad en el cargo, Obama expresó que el titular de la Reserva Federal se ha mantenido en el puesto «más de lo que a él mismo le hubiera gustado». Los dos candidatos más firmes para sucederlo son el ex secretario del Tesoro, Lawrence Summers, y la vicepresidenta de la Fed, Janet Yellen. «Ambos candidatos provienen de la misma base de keynesianismo pragmático», señalaba esta semana el diario Financial Times. «Ambos piensan que la principal causa del pobre desempeño reciente de la economía de EEUU obedece a la baja demanda, y ambos creen que el activismo monetario y fiscal está justificado». Además, el diario británico aclaró que ninguno piensa que la expansión inflacionaria sea probable en la actualidad. El debate por la sucesión encuentra a EEUU en el foco de la atención mundial desde que la Reserva Federal emprendiera un programa de estímulo monetario conocido con el nombre de «quantitative easing», tendiente a inyectar liquidez en el mercado y reactivar el crédito como forma de apalancar la demanda. El programa, que la Fed mantiene mediante compras de bonos del Tesoro y bonos respaldados por hipotecas a un valor de 85.000 millones mensuales, se ha constituido en uno de los paradigmas dominantes de la política económica actual, enfrentado a las recetas de austeridad impulsadas por otros países como Alemania. Además de las compras de bonos, la Reserva Federal ha mantenido las tasas de interés a un mínimo histórico de entre 0 y 0,25 por ciento desde fines de 2008, a la espera de que se reduzca el desempleo -actualmente en 7,6%-, se reactive el mercado inmobiliario, y haya recuperación tanto de la demanda doméstica como de la actividad manufacturera. Así, la pregunta sobresaliente empieza a ser cómo continuará el programa de estímulo a la economía el sucesor de Bernanke. Según el Financial Times, Yellen se ha manifestado públicamente a favor de mantener las tasas de interés a un nivel bajo durante un período prolongado, al tiempo que descree en la creación de una nueva burbuja como la que afectó al mercado inmobiliario en 2007-2008 -que ella misma predijo- y resultó ser el detonante de la crisis financiera internacional. De acuerdo a la misma fuente, la prioridad de Summers es la política fiscal, sobre la que opina que debería ser ajustada en el largo plazo. También se ha mostrado escéptico sobre el éxito de las distintas tandas de «quantitative easing» ejecutadas por la Fed. Como corolario de la creciente polarización entre ambos candidatos, pese a los gestos de acercamiento, también se ha sumado al debate la cuestión de género. Summers tuvo que renunciar como presidente de la Universidad de Harvard en 2006 después de unas declaraciones públicas en las que trazó la hipótesis de que las mujeres podrían carecer de «aptitudes intrínsecas» para la ciencia y la ingeniería, señala la agencia Bloomberg. Yellen, mientras tanto, espera convertirse en la primera mujer en conducir una autoridad monetaria de un país desarrollado.
Estados Unidos abre el debate sobre el sucesor de Bernake en la FED
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