Uruguay Revoluciona su Estrategia de Movilidad Sustentable: ¡Adiós Subsidios, Hola Cargadores Portátiles!
La ministra de Industria anunció cambios significativos en el apoyo a vehículos eléctricos, buscando fomentar un nuevo enfoque hacia la carga doméstica a partir de 2026.
Uruguay transforma su política de incentivos hacia la movilidad sustentable, eliminando el reembolso en efectivo por la compra de autos eléctricos. Desde 2026, los usuarios recibirán cargadores portátiles en lugar de subsidios.
Nueva Visión para un Futuro Sostenible
Fernanda Cardona, ministra de Industria, Energía y Minería (MIEM), explicó que el enfoque busca impulsar criterios operativos, trascendiendo la mera reducción de costos iniciales.
«En lugar de un reembolso tras la adquisición de un auto eléctrico, otorgaremos un cargador portátil para fomentar la carga en casa,» enfatizó Cardona. Esta iniciativa busca aliviar la carga sobre las estaciones de carga públicas existentes.
Facilitando el Uso Cotidiano
La estrategia apunta a hacer más accesible la carga de vehículos eléctricos mediante soluciones prácticas. Los cargadores portátiles permitirán a los propietarios recargar sus autos en diversas ubicaciones, sin depender exclusivamente de estaciones de servicio.
Aspectos Destacados de la Nueva Logística
Elementos claves de la estrategia incluyen:
Tarifa Diferenciada: UTE implementará tecnología de medición inteligente, ofreciendo precios preferenciales para la carga doméstica.
Conexión Estándar: Los vehículos eléctricos actuales usarán enchufes estándar (schuko), eliminando la necesidad de instalaciones especializadas.
Cambio Cultural: Se busca arraigar la presencia de cargadores en espacios típicamente destinados a combustibles fósiles.
Descarbonización del Transporte Público: Objetivo 2030
A pesar de la eliminación de subsidios a particulares, el gobierno reafirma su compromiso con la descarbonización del transporte colectivo. La meta es que el 50% de la flota de ómnibus públicos sea eléctrica para 2030.
Este objetivo ambicioso implicará millonarias licitaciones para renovar unidades, impactando directamente en fabricantes de buses, proveedores de baterías y empresas financieras. El transporte público se establecerá como el sector donde la transición energética demandará más inversión y visibilidad en el futuro cercano.
