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Puede ser una sesión maratónica. El oficialismo volverá a insistir hoy, por sexta vez, con la prohibición de la actividad ilegal de los «trapitos» o cuidacoches y de los limpiavidrios en la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa se dará en el último debate legislativo del año y en el marco de los cambios que se impulsan en los Códigos Contravencional y Procesal Penal.
Durante el debate de las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, el diputado Daniel Presti (PRO) detalló la serie de enmiendas que se le realizaron al proyecto original para tratar de conseguir un mayor consenso legislativo.
En esta ocasión, el macrismo contaría con 34 votos. En los anteriores intentos nunca consiguió juntar los 31 votos necesarios para cambiar la normativa.
«Apuntamos a la prohibición de la actividad, sobre todo en lo que respecta a las organizaciones y lo que gira alrededor de actividades deportivas y culturales», explicó Presti.
Presti, también presidente de la Comisión de Justicia de la Legislatura, comentó que hasta hoy la norma decía «quien exija» dinero y que ahora se propone sancionar a quien «presta u ofrece el servicio de cuidacoches. Se busca prohibir la actividad».
En lo que respecta al accionar de los «trapitos» se tomarán como agravantes el «concurso de dos o más personas», cuando el afectado sea un menor de 18 años o mayor de 70 y cuando se den acciones que afecten a la igualdad de género, racial o religioso, entre otros.
En este sentido, Presti enfatizó que en eventos masivos, sea deportivos o artísticos, las penas son mayores. El Código actual fija sanciones de entre uno y dos días de trabajo de utilidad pública o multas de $200 a $400 para quien exija retribución por el estacionamiento o cuidado de vehículos en la vía pública sin autorización legal. El proyecto incluye además de las opciones de penas, la de arresto de uno a cinco días. Y duplica las penas si la actividad es realizada en un radio de hasta 30 cuadras de un espectáculo masivo o un estadio.
El legislador descartó cualquier tipo de registro de la actividad al recordar que «el espacio público no se negocia». «Está más que probado que en las grandes ciudades los registros han fracasado. El espacio público es de todos y nadie tiene que pagar por él. El espacio público es nuestra casa y tenemos que poder circular libremente. Es la esencia democrática de una convivencia de los vecinos«, enfatizó.
En el caso de los limpiavidrios, Presti explicó que primero se creará la figura porque no existe en el Código y luego se penará igual que a los «trapitos». Y si el ofrecimiento es hacia una mujer, la propuesta duplica la pena. «La intimidación hacia la mujer es diferente y es en ese marco que pensamos este proyecto», agregó el legislador.
Según el nueva normativa, los únicos que podrán ejercer la actividad son aquellos que trabajan en lavaderos o estacionamientos.
