“Se vienen dos meses muy duros”. La descripción del escenario local e internacional que la ministra de Economía, Silvina Batakis, hizo a sus pares en la reunión de gabinete fue contundente. Dentro de ese marco, explicó al resto de los funcionarios que la escasez ya no es sólo de dólares sino también de pesos, a raíz de que el tope de emisión acordado con el Fondo Monetario Internacional, prácticamente se agotó en el primer semestre. Con este escenario y margen acotado para ajustar otras partidas, el Gobierno pone la lupa en las transferencias discrecionales a las provincias. En el Palacio de Hacienda apuran la creación de la cuenta única, que todavía no fue publicada en el Boletín Oficial.
Según expresaron los presentes, Batakis describió la situación actual con “crudeza”. No fueron pocos los ministros que se fueron del cónclave sorprendidos por la complejidad de la situación que atravesará el país al menos hasta septiembre, cuando las importaciones energéticas deberían comenzar a ceder. También salieron con tarea para el hogar: deberán revisar al máximo las cuentas de cada una de las carteras porque se auditarán incluso los gastos de viáticos, las contrataciones temporales y los viajes. Una cuestión simbólica en la macro, pero un mensaje aleccionador.
Con menos simbolismo y más pragmatismo, el Gobierno pondrá la lupa en las transferencias discrecionales que se giran a las provincias. En uno de los encuentros que sostuvo en la Quinta de Olivos, la ministra de Economía le advirtió al presidente Alberto Fernández que mientras el estado nacional tiene déficit, todas las jurisdicciones tuvieron superávit en 2021 y volverán a tenerlo este año.
«No podemos seguir girando fondos para solventar gastos corrientes mientras que hay provincias que tienen en plazo fijo un apalancamiento que le permitiría afrontar los costos de la administración pública por un año», remarcaron fuentes oficiales sobre esta cuestión. En esa línea, explicaron que «cuándo comenzó la gestión de Alberto Fernández había cinco distritos con rojo en sus cuentas, hoy no queda ninguno».
En su conferencia inaugural, Batakis remarcó la necesidad de trazar un sendero hacia el equilibrio fiscal, en la misma alocución dijo que «el Estado no tiene que gastar más de lo que recauda, pero tampoco debe ahorrar». A la distancia, podría leerse como un señalamiento a aquellas administraciones provinciales y municipales que hoy cuentan con fondos frescos en los bancos públicos y le siguen pidiendo giros al gobierno nacional.
Esta semana se intensificó la ronda de reuniones con gobernadores e intendentes. El miércoles Batakis recibió a jefes comunales bonaerenses en el Palacio de Hacienda y ayer el jefe de Gabinete Juan Manzur, organizó una nueva ronda con los gobernadores Omar Perotti, de Santa Fé, Gildo Insfrán de Formosa, Sergio Zillioto, de La Pampa. Pese al trago amargo que implica el baño de realidad, los funcionarios remarcaron el rol «articulador» de la ministra.
A última hora del miércoles, el Gobierno dio a conocer que “el resultado primario acumulado al primer semestre, registra un déficit de $755.975,7 millones, esto es un 0,99% del PBI”. En esa línea, el comunicado oficial sostiene que en dicho período se cumplió la meta pautada con el Fondo Monetario Internacional. No obstante, en el Ejecutivo reconocen que se utilizaron una serie de movimientos contables para llegar a esa cifra, por lo que el margen de gasto de cara a la segunda mitad del año es acotado.
Con este escenario, el Ministerio de Economía busca acelerar la creación de la cuenta única para manejar los gastos de la Nación. Batakis la anunció días atrás pero el decreto de necesidad y urgencia que tiene que firmar Alberto Fernández todavía no se publicado aún. Esta herramienta es considerada un eje fundamental por el nuevo secretario de Hacienda, Martín Di Bella, a quien sus ex compañeros de gestión en la provincia de Buenos Aires consideran un “fiscalista”.
Mientras tanto, la volatilidad continúa. El país atraviesa la cuarta semana consecutiva de corrida cambiaria. El Gobierno esperaba tomar una serie de medidas más contundentes que las anunciadas hasta el momento luego de la bilateral prevista para el 26 de julio con el presidente de los Estados Unidos que ayer se contagió de Covid. Hasta el momento, se desconoce si la reunión se pospondrá. En cualquier caso, como reza la canción del cantautor brasileño Cazuza, el tiempo no para. Se esperan nuevas definiciones. /Ambito